Migración y salud

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igración y salud*

GUILLERMO FERNÁNDEZ-RUÍZ

El Colegio de Michoacán
Este es un crimen que no tiene nombre.
Aquí hay una pena que el llanto no puede simbolizar.
Un fracaso que supera todos los éxitos.
La tierra fértil, las rectas hileras de árboles,
los troncos macizos y la fruta madura.
Y los niños agonizando de pelagra deben morir
porque una naranja ya no deja utilidad.
Y elforense deben decir en los certificados
“muerto por desnutrición”,
porque el alimento hubo de pudrirse,
se le obligó a pudrirse...

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JOHN STEINBECK

(Las uvas de la ira)

a migración laboral de mexicanos hacia los Estados Unidos es un proceso

social ya centenario que ha llevado a innumerables familias del Occidente de México a
subsistir con la casa dividida. A lo largo de variasgeneraciones, los migrantes que han
podido acceder al mercado de trabajo norteamericano, se han ocupado de los puestos de
menor calificación y mayor desgaste disponibles en el proceso de consolidación de la
primera economía del mundo; contratados casi siempre como “fuerza en bruto”,
acudieron como peones a abrir el traque –los caminos de hierro por donde correría el

*

El presente texto esuna recuperación –parcial y algo desorganizada– del proyecto de investigación que,
con el mismo nombre, en 1988, iniciamos con Gustavo López Castro en El Colegio de Michoacán, además
de mi tesis de maestría en Estudios Rurales, que bajo el título de “Migración y VIH-SIDA”, presenté el 27 de
diciembre de 1998 en la misma institución. Su factura, sin embargo, puede considerarse, todavía, comoprolegómeno y acicate de futuras indagaciones personales e institucionales. Se agradece, en caso de citar
para cualesquier fin, la mención específica del autor, la institución, el foro y la fuente.

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tren–, como obreros a instalar y operar las nacientes industrias del contorno de los
grandes lagos, a levantar como peones las cosechas y apacentar los ganados en las
inmensas áreas del suroeste;a producir primero y consumir después bienes y servicios de
costa a costa y de frontera a frontera; a extraer, procesar, transformar, fabricar, servir
construir, demoler, limpiar, armar y vender los más variados productos de nuestra era; a
contribuir, en fin, con su vida y esfuerzo al parto y amamantamiento del “sueño
americano”. Después han seguido yendo a lo mismo y a muchas otras cosasmás; las
posibilidades actuales de inserción ocupacional comprenden ahora una variada gama de
empleos y ocupaciones que los sitúa lo mismo en el campo agropecuario que en el sector
de servicios eminentemente citadinos, lo mismo como obreros de la industria pesada
tradicional –que va en picada hacia la obsolescencia–, que como “insumo sustantivo y
consumible” en las nuevas maquiladoras y laspostmodernas industrias de tecnología de
punta, lo mismo como jornaleros, que como empleados, sirvientes, oficinistas, operadores
y hasta reclutas...
A cambio, los migrantes que han tomado el riesgo de adentrarse en “las entrañas
del monstruo”, han dispuesto de una fuente de empleo e ingresos diferenciales que les ha
permitido lo mismo la sobreviviencia y la reproducción familiar que laposibilidad de
acumular –en pequeña medida, por supuesto– algún capital monetario para mejorar sus
condiciones de vida en el terruño y, en algunos casos, hasta para invertir en actividades
productivas a su retorno en sus lugares de origen.
Por eso precisamente, por su rentabilidad, factibilidad y cierta capacidad de
autoperpetuarse, es que consideramos que este movimiento de población ya centenario nova a revertir su tendencia ni en un plazo igual a la venerable edad que ya ostenta. Y la

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afirmación es válida, tanto para el contingente de los que migran legalmente cumpliendo
con todas las exigencias oficiales y administrativas en sus diversas variantes, como para
quienes lo hacen de forma indocumentada y a los que despectivamente se les llama
“mojados ilegales”.
A lo largo de más...