Mio cid
1Con sus ojos muy grandemente llorandotornaba la cabeza y estábalos mirando:vio las puertas abiertas, los postigos sin candado,las perchas vacías sin pieles y sin mantos
y sinhalcones y sin azores medados.
Suspiró mío Cid triste y apesadumbrado.Habló mío Cid y dijo resignado:<<¡Loor a ti, señor Padre, que estás en lo alto!Esto me han urdido mis enemigos malos>>.
2
Ya cabalgan aprisa, ya aflojan las riendas.
Al salir de Vivar,tuvieron la corneja diestra,
y entrando en Burgos, tuvieron la siniestra.
El cid se encogió de hombros y meneó la cabeza:
¡Albricias, Álvar Fáñez, que si ahora nos destierran
con muy gran honra...
Regístrate para leer el documento completo.