Movimientos religiosos, problemas agricolas y ambientales
Una de las luchas intestinas más sangrientas del México posrevolucionario fue la guerra cristera. El gobierno del Presidente PlutarcoElías Calles ordenó en julio de 1926 la prohibición del culto católico y el cierre de templos en todos los rincones del país.
Asimismo, emprendió una persecución religiosa en contra de los dirigenteseclesiásticos, exiliando a muchos de ellos. Gran cantidad de sacerdotes tuvieron que vivir en la clandestinidad y los templos quedaron en manos de los ayuntamientos y de juntas de vecinos, que losutilizaron para hacer escuelas, bajo la política de “educación socialista”.
El cuarto obispo de Cuernavaca, Francisco Uranga y Zaenz, se vio obligado a salir de su diócesis para ocultarse en una casade Tlalpan, pero pronto fue localizado y expulsado del país el 19 de abril de 1927, viviendo su exilio en San Antonio, Texas.
Una serie de errores, malentendidos y provocaciones de la iglesia y delgobierno engendró levantamientos espontáneos de un pueblo agraviado en su fe, que reaccionó en legítima defensa de su libertad de conciencia, de creer y de orar, desafiando al gobierno en una luchadesigual.
En Morelos, el movimiento cristero se caracterizó por tener levantamientos armados aislados, algunos influidos por el activismo que se había generado en el vecino estado de Guerrero, comofue el caso del ex zapatista Victoriano Bárcenas, originario de Tlapala, Guerrero.
Después de la muerte de Zapata, Bárcenas regresó a su tierra y en 1926, al grito de “Viva Cristo Rey”, se unió ala guerra cristera junto con 300 hombres, luchando en los estados de Guerrero y Morelos, imponiendo severas contribuciones a los dueños de las haciendas.
Otros sublevados ex zapatistas fueronMaximiliano Vigueras, quien detenía autos en la carretera México-Cuernavaca y poco le faltó para secuestrar al embajador de Estados Unidos, Dwight W. Morrow, quien se dirigía a su casa de descanso en...
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