Muerte y resurreccion del estado de bienestar

López Matías, Iris. 2º Grado Trabajo Social. Grupo PA-C2.

MUERTE Y RESURRECCIÓN DEL ESTADO DE BIENESTAR
Resulta fácil pensar que las épocas de crisis del Estado de Bienestar se resuelven modificando los derechos sociales, los cuales ha costado tanto adquirir, en función de los nuevos tiempos. Por supuesto que reduciendo prestaciones y servicios se ahorraría una inmensa cantidad de recursos encada país, y los dos conceptos del primer párrafo del texto: “derecho y gratuidad universal” no tendrían por qué ir de la mano pero, ¿no es cierto que si no se unen, la calidad de vida de los ciudadanos, o al menos de gran parte, se resiente?
El problema no es que sea gratuito para todos los ciudadanos, ya que el sistema fiscal es adecuado en los EB; el obstáculo en esta cuestión es que dicharecaudación progresiva no se cumple en la práctica debido a que no hay conciencia de unidad. Hoy en día existen mecanismos suficientes para evadir impuestos, sobre todo por parte de los más ricos, tales como paraísos fiscales y todo un engranaje de prácticas para dicho fin. Quizás si los gobiernos no permitieran legalmente dichos métodos y establecieran un mayor control en cuanto a todo ello, no habríaque plantearse siquiera la modificación de los derechos sociales.
Por otro lado estaría el debate entre universalismo o focalización de los servicios y las prestaciones.
Si se fijaran determinados criterios de selección en cuanto al carácter gratuito de los derechos sociales tal y como defiende el texto, una gran parte de los ciudadanos se vería enormemente afectado con dichas medidas, ya que haycuestiones, como la salud, en las cuales establecer pautas es inviable por su carácter primordial.
Además, todo ello haría aumentar las desigualdades entre ciudadanos, creando estigma social hacia los beneficiarios de la asistencia pública y segregando la población en dos grupos diferenciados, dejando a los que poseen menos recursos con menos posibilidades de afrontar un problema sanitario, y alos que se situarían justo por debajo del umbral establecido en las mismas condiciones de precariedad. Además, las clases medias, cuya opción sería contratar seguros privados, se verían también afectadas por las prácticas de selección exhaustiva de las clientelas de éstos, lo que también crearía discriminación.
Un argumento que señala el texto para lograr una mayor equidad en la financiación delas prestaciones es el hecho de que se realice en función de la renta de cada usuario.
Dicha equidad en función de la renta ya se traduce en el sistema fiscal, que aunque falle, sigue esa lógica. Si además de la recaudación de impuestos también se establecen costes en este ámbito, no se modera la prestación, sino que surgen descontentos por parte de los más pudientes, los cuales se negarían acumplir con sus contribuciones tributarias (los que lo hacen). Si esto ocurriera, finalmente serían las clases medias-bajas las que financiarían el sistema público, lo que conllevaría mucho menos presupuesto para este ámbito, y por tanto menor calidad y cantidad de servicios.
Lo único que se moderaría serían los tratamientos preventivos de aquellos grupos medios situados algo por encima del umbral delos que hablaba antes, lo que sería aun peor de cara al futuro. Las personas que realmente necesitan servicios y prestaciones no acuden al sistema público de forma excesiva, independientemente de su renta, sino irremediable, por ejemplo las personas de avanzada edad a su médico de cabecera. Bajo mi punto de vista, no se moderarían las demandas por todo ello, y mucho menos en salud.
La afirmaciónincluida en el texto de que los derechos sociales deben garantizar lo básico, siendo distinto que la gratuidad en lo esencial, no creo que sea acertada, ya que “lo esencial”, o “lo básico” admite un sinfín de interpretaciones.
Cada grupo social entiende estas definiciones de manera distinta, por lo que no es posible establecer un concepto de necesidad o carencia claro. Aun así, inmersos en esta...