Muerte y resurrección
(1842.1) 168:0.1 ERA poco después del mediodía cuando Marta salió al encuentro de Jesús que se asomaba allende la colina cerca de Betania. Su hermano Lázaro estabamuerto desde hacía cuatro días y había sido sepultado en el sepulcro privado, en un extremo alejado del jardín, al atardecer del domingo. Por la mañana de ese día jueves hicieron rodar la piedra a laentrada de la tumba.
(1842.2) 168:0.2 Cuando Marta y María enviaron el mensaje a Jesús sobre la enfermedad de Lázaro, confiaban en que el Maestro haría algo. Sabían que su hermano estabadesesperadamente enfermo, y aunque apenas se atrevían esperar que Jesús abandonara su obra de enseñanza y predicación para acudir a socorrerlos, tanto confiaban en su poder para curar enfermedades que pensaron quebastaría con que él pronunciara palabras de curación, y Lázaro inmediatamente sería curado. Y cuando Lázaro murió, pocas horas después de que partiera el mensajero de Betania camino a Filadelfia,razonaron que eso sucedió porque el Maestro no supo de la enfermedad de su hermano hasta demasiado tarde, cuando ya estaba éste muerto desde hacía varias horas.
(1842.3) 168:0.3 Pero tanto ellas comotodos sus amigos creyentes se sorprendieron grandemente por el mensaje que trajo de vuelta el mensajero, al regresar a Betania la mañana del martes. El mensajero insistió que había oído a Jesús decir:«... esta enfermedad no es en realidad para muerte». Tampoco podían comprender ellos por qué él no les había enviado mensaje alguno ni les había ofrecido ayuda.
(1842.4) 168:0.4 Muchos amigos de lasaldeas cercanas y otros de Jerusalén vinieron para consolar a las apesadumbradas hermanas. Lázaro y sus hermanas eran hijos de un judío noble, de buena posición económica, y que había sido elcaudillo principal de la pequeña aldea de Betania. A pesar de que ellos tres eran, desde hacía mucho tiempo, seguidores apasionados de Jesús, eran altamente respetados por todos los que los conocían....
Regístrate para leer el documento completo.