muertee

ritoAlexandra Jiménez Sánchez


FRECUENCIA CARDIACA

Solo queda un puesto libre en la parte trasera del bus. Normalmente nunca lo tomaría, pero el viajes de una hora y estar de pie no es una buena opción.
El transporte público de la ciudad es una trampa mortal, autobuses arcaicos recorren calles apenas pavimentadas, los conductores como encolerizados oprimen el acelerador hasta elfondo.
Las personas, tal vez motivadas por sus ocupaciones, suben una a una al vehículo, cuya capacidad debe ser la de 16 personas sentadas cada una en su lugar, la gente sigue subiendo aún cuando ella tomó el último espacio libre; empieza un juego de mal gusto se acomodan como fichas de tetris, espalda contra espalda. Los genitales de un hombre se encuentran justo frente a su rostro y cuando haymovimientos bruscos alcanzan a rozar sus hombros que ella ha encogido hasta quedar en una posición insoportable.
Siguen subiendo personas, parece no importarles su comodidad o la de los demás pasajeros.
Ella saca una botella con agua, bebe un sorbo pequeño (primera señal de que algo anda mal). Trata de tranquilizarse ella misma, tararea canciones, recuerda los deberes de día. Ninguna persona bajadel bus saturado. Empieza a alterarse un poco, un leve hormigueo en las maños, esa sensación de agitación. Bebe otro sorbo de agua, de nuevo intenta distraerse, saca su libreta e intenta escribir algo pero no logra apartarse de su preocupación.
La gente permaneces estática en esa masa aglutinada, hace mucho calor, ella mira de reojo los genitales del hombre y maldice a cada uno los pasajeros. Esasensación de agitación, empieza a faltar el aire, ella juega un poco con su cabello, entonces siente el tambor en su pecho: TAN… TAN… TAN… es tarde no queda mucho por hacer cuando ya es consiente de esas palpitaciones.
Resopla un poco por la boca e inhala en varios tiempos, haciendo pausas involuntarias de repente ese vacío tan conocido en la mitad del pecho a la altura del estómago que ladeja fría, se sobresalta un poco. Nadie, ni su compañero de asiento, quien solo voltea a veces disimuladamente para ver su escote, imaginan qué sucede en su cabeza y en su cuerpo en ese momento. La mano fría y un poco temblorosa se dirige al cuello para controlar el pulso, necesita saber que no está muriendo: TAN… TAN… TAN… el ritmo no cambia, pero su corazón late muy fuerte, es como si cadavez se contrajera al mínimo y luego saliera disparado para estrellarse contra su pecho, es doloroso. Es todo, sabe que debe salir de ahí sino quiere que su corazón explote dentro de su caja torácica y termine siendo una lamentable historia de un periódico amarillista. Sujeta su bolso y asegura los cierres, no decide donde bajar, aún está muy lejos de su casa, pero debe hacerlo pronto, se poneen posición.
¨por acá por favor¨… el bus se detiene y bajan 3 tres personas, sigue lleno pero es un alivio, hay esperanza. Ella se queda en su sitio, solo bajan un par de personas más antes de que llegue a su destino. Ha sobrevivido.
Ana, no era consiente de su humanidad hasta que se encontró con el fin de la de otros.
La primera vez y la muerte
Hace 2 años Iba con su padre, Gustavo, haciael pueblo natal de él, a un par de horas de la capital. Faltando pocos kilómetros para llegar se encontraron con un accidente entre un camión que transportaba cemento y una pequeña motocicleta en la que viajaban dos hombres, ambos tendidos sobre el asfalto gris uno de ellos se quejaba en posición fetal y el otro permanecía boca arriba con los ojos abiertos. Muchas personas los observaban pero nose acercaban, el conductor estaba sentado a un las de la carretera con su mano sobre la frente donde tenía una herida.
Bajamos del carro y nos acercamos al primer hombre, uno muy joven, hacía un gran esfuerzo por respirar, nos miraba fijamente, salía sangre de nariz y su boca. Sin si quiera intentar decir nada. El otro hombre gritaba fuertemente, el padre fue a verlo. Ella se quedó de rodillas...