Naranja Mecánica

Con su nombre original, “A Clockwork Orange” se convirtió en una peculiar película estrenada en el año de 1971, producida por Stanley Kubrick y siendo una adaptación de la novela con el mismo nombrepublicada en los 60’s por Anthony Burgess, un escritor amante de los contenidos trascendentales, los títulos provocadores, las temáticas llenas de excesos que nos llevan a los lectores a “erectar”nuestra mente y eyacular profundas ideas recargadas de intelectuales y peroratas escenas de violencia, en las que no podemos ocultar ni por un segundo la sensación de placer, odio, temor o alegría que dael ponerse por un momento en los zapatos del protagonista.
Este film dio mucho de qué hablar, al darle a la juventud del momento nuevas ideas de diversión, nuevas formas de expresión y más aún,nuevos y posibles sentimientos y emociones que probablemente no serían aceptadas pero que tampoco serían reprochadas totalmente, sino que tenían un alto grado de probabilidad de ser bien vistas por granparte de la sociedad, luego de que esta, había recibido con agrado este significativo y rotundo éxito cinematográfico, catalogado por muchos y por mucho como “la mejor película de la historia delcine”.
En esta película podemos en tan solo una escena de amplia y explícita violencia encontrar y hasta sentir toda la gama de emociones y sentimientos que podríamos esperar ver en cualquier mediocre ybarato corto o largometraje de la historia del cine, algo que de igual manera sucede con el hecho de escuchar una simple sinfonía; una sinfonía que dentro del mismo film se encargan de hacérnosla amar,como también de hacérnosla odiar; una sinfonía que se ocupa de traer a nuestra mente todos aquellos recuerdos, tanto buenos como malos de las cosas que quizá no sean tan escandalosas y violentas, peroque si sabemos que nos han podido marcar tanto a nosotros como a los que nos rodean; una sinfonía que definitivamente te hace reflexionar no sólo sobre ti mismo sino también sobre la narrativa...