no me importa
Se despertó con los gritos de sus padres, al igual que todas las mañanas, hasta que dos horas después, uno se fue, azotando la puerta y, el que queda,arroja y rompe muchas cosas, luego, finalmente, se va, dejando a Patricia sola y a la casa, en silencio.
Lentamente, pintura verde, de un tono idéntico al de los árboles, se empezó a deslizar por lasparedes de su habitación. Comenzó a oler el salitre aroma del mar, una brisa fuerte la hizo cerrar los ojos, sacudió su cabello y cerró la puerta. Cuando terminó, abrió los ojos, pero los tuvo quevolver a cerrar por el repentino sol abrazador que se presentó directamente sobre ella. Extasiada y boquiabierta, presenció con admiración e incredulidad lo que antes era su habitación y, que ahora, erauna copia a tamaño real de su cuadro.
Se escuchaban los pájaros cantando, el rugido de los animales y el romper de las olas en la arena, pero todo se hallaba en paz; prácticamente se podía olerFelicidad en el aire.
Sonrió por primera vez en semanas y corrió, sin querer perder el tiempo.
Se tiró en la arena, con el agua rozándole los pies y el sol abrazándole la cara, dándole el amor quesiempre quiso. Dando saltos por el bosque, y serpenteando entre los árboles, se dio cuenta de que seguía sola, al igual que siempre. Repentinamente triste, miró al cielo, y fue cuando se dio cuenta delreloj que formaban las nubes y los pájaros. Confundida, inclinó la cabeza, tratando de descifrar qué significaba aquello. Comprendió, minutos después, al ver que, inexplicablemente, el doce en el relojera rojo, a diferencia de los otros, que eran negros. La aguja apuntaba las diez... estaba contando, mostrándole el tiempo que le quedaba en el paraíso, antes de volver a casa.
Ella no quería...
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