Norberto Bobbio
Mis amigos y yo llegábamos de la ciudad y jugábamos con los hijos de los campesinos. Entre nosotros existía una armonía plena. Pero una inmensa barrera nos separabade ellos. No podíamos dejar de notar el contraste entre nuestras casas y las suyas; entre nuestra ropa y la suya; entre nuestros zapatos y sus pies descalzos. La disparidad no era trivial. Todos los años —recuerda muchos años después un Bobbio ya viejo— al regresar al campo de vacaciones, nos enterábamos que alguno de nuestros compañeros de juego había muerto en el invierno.
En la casa serespiraba simpatía por el fascismo. Su discurso patriótico del orden y la prosperidad, habrá sido una música grata a los oídos del doctor Luigi Bobbio. Norberto, el hijo, escuchaba en silencio la celebración del fascismo. Aunque empezaba a tomar un camino distinto, no se atrevía a confrontar al padre. Asistía a las reuniones de los círculos antifascistas sin oponerse abiertamente a las inclinacionesfamiliares. Vivía una vida partida: el estudiante de derecho en la Universidad de Turín se inscribe formalmente en los Grupos Universitarios Fascistas, pero frecuenta por las noches las reuniones de la resistencia. En un bolsillo, la credencial del Partido Fascista; en el otro, los panfletos del movimiento liberalsocialista. La contradicción personal se prolonga. Más que un episodio de juventud, estaincoherencia sería la marca de una vida sellada por la indecisión y la capacidad de albergar lo incompatible.
Su breve incursión en la política activa desembocó en la frustración. Participó con un grupo de intelectuales a la formación del Partido de Acción, un partido que quería abrir una tercera vía, una fórmula de conciliación entre liberalismo y socialismo. El partido tuvo resultadosdesastrosos. Quedó en último lugar. Su vida política había terminado.
Desde mediados de los años cuarenta vivió dedicado a la vida universitaria. Primero se concentró en el mundo de las normas. Como profesor de filosofía del derecho se dedicó a estudiar el lenguaje de las reglas, el contenido del derecho, el lazo que une una norma con otra. En trabajos que le ganan de inmediato la notoriedad,explora los debates sobre el fundamento de la obligatoriedad y el parentesco entre la fuerza y el derecho. Logra construir así una perspectiva crítica y rigurosa del positivismo jurídico. Para el turinés, la ley debía verse como un mandato del Estado, no de la naturaleza. Las leyes no han sido trazadas desde el cielo, no están impresas en algún rizo de nuestro código genético, ni existe regla quegobierne a todos los hombres y que sea vigente en todo el curso de la historia. El derecho, como lo había visto Hobbes, emerge de la garganta del soberano. Los murales que a lo largo de la historia han pintado teólogos y moralistas, para describir un código universal y eterno de reglas, son dibujos de fantasía.
Pero, ¿qué hay ahí dentro? Fuerza. Fuerza domesticada, pero fuerza al fin. La ley...
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