Novela
Desde la lejanía el impacto se había vislumbrado como la caída de un meteoro más. Pero para la anciana que recogía hierbas a escasos trescientos metros del impacto, había sido algo muydiferente.
-¡Un ángel!, ¡¡¡ha caído un ángel!! –gritaba con un jubilo esplendoroso mientras corría a duras penas hacia el cráter, que casi inmediatamente después del impacto se había inundado con las aguasdel rió. La columna de vapor se alzaba contra el cielo y por ello la anciana apenas noto calientes las rocas trituradas empapadas por el rió- ¿Señor ángel?- pregunto a la bruma de vapor que comenzabaa dispersarse-
Al cabo de algunos minutos se había esfumado lo suficiente para dejar ver en el centro del cráter una figura que recordaba lejanamente a un ser humano. El ser no emitió palabraalguna, su cabeza daba bruscos saltos y algunas chispas escapaban de la junta de su cuello. La anciana intento alzar su brazo pero aun con sus fuerzas de una vida de trabajo se vio incapaz, pero el intentohizo reaccionar al ser que se levantó pesadamente y diligente como una mascota amaestrada siguió, a la anciana hacia la choza donde vivía.
La destartalada vivienda contra el monte podía parecerfrágil, pero sus muros eran sólidos y el oxido de su techo era solo superficial, escondiendo una gruesa lamina metálica que habría resistido el ataque de un mortero. Puerta adentro se descubría las...
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