Nueve de marzo

nueve de
Nueve de marzo después de 2011 años mal contados desde el momento en que algo pasó con un tal cristo.

Estaba preparada para otra de esas largas sesiones de exposición mental. Me levanté como todos los días (Realmente nunca reparo en detalles así, pero supongo que esas cosas no varían mucho de una mañana a otra). Hice lo que se hace siempre antes de salir de la casa y me fui ala universidad. Parece fácil, pero no, la sempiterna discusión se llevaba a cabo en nuestro interior, supongo que eso de compartir cuerpo nunca dejará de ser problemático.

Finalmente llegamos. Elizabeth como siempre quería entrar a clase, esta vez Sara y yo se lo permitimos, solo porque conocemos al profesor lo suficiente como para que faltar a clase sea una muestra de irrespeto, bueno, por esoy por el riesgo de cancelación. ¡En fin! No importa, el hecho es que pasamos el día de la manera más normal posible hasta que llegaron las cuatro de la tarde. La hora nos cogió desprevenidas, yo escribía mientras Sara atendía una discusión de la película que acabábamos de ver, y Elizabeth… No sé realmente que hacía, nunca se hace notar mucho.

4:05pm. Consultorio 335 (o algo así, primera puertadel segundo pasillo contando desde la entrada -o salida- del ascensor del tercer piso). Entramos, saludamos a nuestra terapeuta y comenzó la sesión. “Esta vez vamos a grabar lo que suceda” dijo la amable paloma que vestía de naranjado; nos pareció algo extraño pero proseguimos, finalmente, no hubiera servido de mucho discutir.

4:15pm. Comenzamos con un ejercicio de asociación, se lanzaba alaire alguna palabra y se respondía con cualquier otra, la primera que saltara y se lograra escapar entre mis labios. Supongo que el objetivo era explorar un poco el subconsciente, o el inconsciente, ¡como se diga! La cosa es que hicimos el maldito ejercicio y todo resultó aparentemente bien. Ya perdonaran mi malhumor, pero se me dificulta escribir cuando Sara se dispersa y empieza a interrumpirmecada 5 segundos para ir por un tinto, para conversar con cualquiera que pase, para entrar al baño, ¡PARA LO QUE SEA! Vivir con gente así es difícil…

4:21pm. Describimos con frases sencillas lo que éramos. Como siempre, fui yo quien escribió, desde luego, tomé algunas ideas de mis compañeras de vida que sencillamente no se callaron hasta que les hice caso, después de pocos minutos se terminó elejercicio, leímos el resultado y aún no podíamos hallarle objetivo alguno a la terapia.

5:24pm. Discutimos las ideas disponibles para escribir algo de un lugar concreto. De las tres como siempre yo soy la creativa, así que ya adivinarán quien aporto la mayor parte de los pensamientos…

5:54pm. Finalizamos la consulta y acordamos reunirnos nuevamente para analizar el video. Si me preguntan unasunto bastante innecesario, pero una bonita manera de perder 50mil pesos que vale cada consulta…

Otro día. Recuerdo perfectamente cuál, pero no quiero decirlo. ¡No quiero! Y el hecho de que no quiera no guarda absolutamente ninguna relación con mi incapacidad para recordar algunas cosas, ¡ninguna!. Entré, saludé a la paloma que esta vez desplegaba sus blancas alas y comenzó, luego derecogerlas, otro de esos diálogos extremadamente productivos, que lograban cambiar mi manera de pensar, actuar y ver el mundo, ¡basura!

Al fin nos callamos y puso el video. Al cabo de un momento nuestra expresión de tedio comenzó a desaparecer dando paso a la de incertidumbre. Cuando nos dieron el diagnóstico de trastorno de identidad disociativo decidimos no tomar ninguna medida al respecto, noqueríamos que nadie desapareciera y habíamos encontrado un balance saludable para las tres, pero ahora… Ahora las cosas cambiaban.

Se preguntará usted, mi querido lector entrometido, qué fue lo que reveló el video, qué fue lo que nos hizo contemplar el hecho de iniciar tratamiento; pues bien, lo consiguió, debe estar satisfecho, su duda quedará resuelta debido a mi incapacidad para dejar de escribir...