Objeto Estetico

De ciudades y otras infamias.
Fotografía de la ciudad de Bogotá desde la Torre Colpatria. Por Leidy Cardona.
Agosto 24 del 2012.

Ya están vestidos, ya se van por la calle. Y es sólo entonces cuando están muertos, cuando están vestidos, que la ciudad los recupera hipócrita y les impone los deberes cotidianos.

Julio Cortázar
A dos mil seiscientos metros mas cerca de las estrellas descubríque, en mi afán por cultivar el gusto por los pequeños placeres, tal cual como lo hacia Amelie, he construido una rutina que consiste en refugiarme en una hermosa soledad y filosofar haciéndome preguntas estúpidas sobre la urbe que se extiende ante mis ojos.
Por tres mil quinientos pesos compro treinta minutos de paisaje nocturno y comienzo a subir los cincuenta y cinco pisos de la torre másalta del país. Desde aquí, parece que la ciudad realmente funcionara. Puedes palpar la armonía cuando estas tranquilamente lejos, puedes escuchar el silencio profundo que produce no estar en la esquina de una avenida principal, puedes oler como están de bien delineadas sus calles y hasta saborear su buena movilidad, pero sin duda lo mejor es ver que es mas sano cuando hay tan pocos seres humanosvisibles. Es una total sinestesia, es el colapso total de los sentidos, es el clímax de la percepción, es ponerse otros lentes y comenzar a mirar, a contemplar, sin espacio para la negación, para el no consentimiento.

Tan enorme pero tan indefensa, pareciera como si nunca hubiera tenido la intención de hacerme daño, de desdibujarme cada vez que me atreví a transitar por sus venas y sus arterias ytocarle la piel. Puede pensarse en un paisaje ideal para místicos, pero aquí viven los seres humanos producto de una aldea global. Si no conociera de antes este abismo que titilaba, me atrevería a decir que esa noche se había iluminado para nuevas proezas que gritaban reivindicación. Sin embargo sabía, que en aquella ciudad deshabitada la gente andaba triste, con una soledad definitiva llena deabrigos largos y paraguas. Esa tarde, antes de sumergirme en la macro-contemplación de la metrópolis, había transitado sus calles más de cerca y había descubierto algo: Aquí la gente nunca se tocaba, no había intencionalmente ningún contacto físico, pero en ocasiones, la casualidad encontraba dos cuerpos que colisionaban y eran sacados del curso normal de sus días. Llegue a pensar que a veces loschoques eran más producto de la causalidad, que la gente buscaba el rose para sentir otras cosas diferente al helado comportamiento que generaba estar inmerso en ese bosque de hierro y cemento.

Yo como ellos, muero también muchas veces en ti, ciudad. Bajo los mas claros y azueles cielos he descubierto como te vendes al mejor postor, cómo en tus calles no cabe todo el mundo porque tienes losmejores filtros para seleccionar quien puede cruzar tus paredes y al menos sobrevivir coartados por un conducto regular. Yo nunca he querido hacer parte de tus juegos de mesa. Me niego a contemplar tus hermosas mañanas desde una empresa manofacturadora o desde grandiosas y elitistas oficinas donde se define sin conocer las experiencias particulares del pueblo, el futuro de un país que es una colchade retazos y por eso tercermundista. Prefiero mirarte así, fuera de ti, porque desde este exilio te vomitas plena de libertad y no tienes pretensiones.

Todo el tiempo huyo de las cosas que te definen, abandono tus glorias y me aventuro a encontrar las mías, lucho por no ser expulsada del todo, pero no dejo que me controles y aunque a veces no pareces estar muy orgullosa de mis logros, trato deno hacer lo que hace todos los que te veneran: rezar el rosario, casarme, trabajar como un negra y después morir. Yo no quiero estar en la tu utilitarista enumeración, no quiero servirte, ni quiero que me sirvas, me incomoda a veces ser testigo de tu injusticia y he tratado de hacerme la tonta cuando por tu gran capacidad de manejar las mentes de estos persuasibles animales, me quedo con las...