Obligacional

DERECHO ROMANO II
TEMA 2: ANORMALIDADES EN LOS NEGOCIOS JURÍDICOS
(Material compilado por Abog. Juan Alberto Balza A., Profesor de la Universidad Católica del Táchira)

Introducción
Hemos tenido ocasión de examinar las hipótesis normales en que el negocio jurídico se presenta perfecto y corresponde exac­tamente a la libre voluntad de las partes, formada en base a una valoración exacta delcontenido práctico que persiguen. Pero estos presupuestos no se producen siempre, y el negocio jurídico puede presentarse en un estado anormal.
La Pandectística ha estudiado las llamadas anormalidades en el negocio jurídico, de las cuales unas afectan a los presupues­tos necesarios del negocio (fundamentalmente la capacidad de las partes), y otras a sus elementos esenciales (forma, contenido y causa),alterando, y en las hipótesis más graves anulando, los efectos del negocio.
El negocio adolece de anormalidades cuando falte en las partes la capacidad de obrar; es decir, capacidad de entender y querer, que en todas las épocas del Derecho Romano era un elemen­to indispensable para realizar un acto jurídico, tanto lícito como ilícito. En época histórica, para tener la capacidad de obrar serequería la pubertad, ser varón, sui iuris, normal física y psíquicamente. Solamente éstos podían actuar abstracta­mente en el mundo del Derecho, aunque también en abstracto la capacidad se medía en relación al tipo de negocio que efectuaban. Aclara Guarino que la tendencia dominante era negar la capacidad de obrar sólo en los límites de aquellos actos jurídicos para cuya realización el sujeto fueseconsiderado absolutamente inep­to.
En orden a cuando se lograba la pubertas (pubertad), parece que se afianzó la Doctrina Proculeyana de 14 años para los varo­nes y 12 para las mujeres. Eran totalmente incapaces los infantes y los de aproximadamente 7 años. De los siete a catorce años, los llamados infantes mayores, eran incapaces de actos ilícitos, pero al haber salido de la infancia propiamentedicha, tenían capaci­dad para actos que incrementasen su patrimonio, y para los demás actos negociales necesitaban la auctoritas tutoris. Análogamente a las personas alieni iuris (hijos de familia mayores de edad, liberi in mancipio), se fue extendiendo la capacidad para ciertos actos que exigían la capacidad de obrar (testamento sobre los peculios castrense y cuasicastrense).
Tampoco es válido elnegocio realizado contra la ley o en fraude de ley, ni contra las buenas costumbres. En estos casos el negocio es instrumento de un fin ilícito que se refleja sobre la causa y lo hace ilícito. Otras veces la anormalidad hace relación a la forma, de donde se deriva la nulidad de los negocios cuya forma es imperativa cuando ésta no se ha cumplido.
El problema de las anormalidades se presenta congran crude­za en orden a la valoración de la manifestación de voluntad, y puede suceder que la manifestación externa de una voluntad no se corresponda con la voluntad real de las partes, o que falta a la voluntad la libertad necesaria para expresarse, o que falte a la voluntad un conocimiento preciso del fin que se propone conseguir el negocio.
Pero sobre todo, el problema se plantea, en DerechoRomano, en la tensión entre el Ius Civile y el Ius Honorarium.
La misma tensión Ius Civile-Ius Honorarium se expresaba en orden a la misma clasificación por los juristas romanos de nego­cio utilis o inutilis referida a los posibles efectos de validez o invalidez Iure Honorario.
Los juristas romanos, antes que guiarse por preceptos teóri­cos, hicieron uso prudente de criterios como la utilidadpráctica del acto, o mejor, la utilizabilidad de la autonomía privada a los efectos de la producción de efectos jurídicos, de modo, que según ve Guarino, toda acción humana que tenga la forma, la apariencia exterior de un acto jurídico (y en particular de un acto negocial), es jurídicamente relevante. De ahí la distinción romana utilis-inutilis, y las diferentes causas de inutilidad-ineficacia del...