Octavio Paz
Frente a ella, nuestra vida se dibuja e inmoviliza. Antes de desmoronarse y hundirse en la nada, se esculpe y vuelve forma inmutable: ya nocambiaremos sino para desaparecer. Nuestra muerte ilumina nuestra vida. Si nuestra muerte carece de sentido, tampoco lo tuvo nuestra vida.
Por eso cuando alguien muere de muerte violenta,solemos decir: "se lo buscó". Y es cierto, cada quien tiene la muerte que se busca, la muerte que se hace. Muerte de cristiano o muerte de perro son maneras de morir que reflejan maneras de vivir.
Sila muerte nos traiciona y morimos de mala manera, todos se lamentan: hay que morir como se vive. La muerte es intransferible, como la vida. Si no morimos como vivimos es porque realmente no fuenuestra la vida que vivimos: no nos pertenecía como no nos pertenece la mala suerte que nos mata.
Dime cómo mueres y te diré quién eres.
Para los antiguos mexicanos la oposición entre muerte y vidano era tan absoluta como para nosotros. La vida se prolongaba en la muerte. Y a la inversa.
La muerte no era el fin natural de la vida, sino fase de un ciclo infinito. Vida, muerte y resurreccióneran estadios de un proceso cósmico, que se repetía insaciable. La vida no tenía función más alta que desembocar en la muerte, su contrario y complemento; y la muerte, a su vez, no era un fin ensí; el hombre alimentaba con su muerte la voracidad de la vida, siempre insatisfecha.
El sacrificio poseía un doble objeto: por una parte, el hombre accedía al proceso creador (pagando a losdioses, simultáneamente, la deuda contraída por la especie); por la otra, alimentaba la vida cósmica y la social, que se nutría de la primera.
De “Todos Santos, Día de Muertos”
Octavio Paz
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