Orador

Ora.´..-V.´.M.´. y QQ.´.HH .´.todos:

      “Cuando para cumplir la misión que por mi cargo se me ha confiado, tengo que dirigir la palabra a los que han llamado con entusiasmo y perseverancia a las puertas de nuestro Templo, y llegan pidiendo un rayo de luz que ilumine su inteligencia para realizar la obra de la humana perfección, siento desmayar mis energías y oscurecerse mi cerebro ante lapequeñez de mis conocimientos y la natural desconfianza que me embarga, al no poseer aquellas aptitudes indispensables a un buen orador. Aquellas frases elocuentes, aquellas imágenes brillantes, aquel raudal de magníficos pensamientos que, según mi opinión, deben adornar el discurso dedicado a los Neófitos, con el fin de grabar en su mente con indelebles, al par que dorados caracteres, las sublimesenseñanzas de nuestra Augusta Institución.

      Procuraré, sin embargo, confiado en la benevolencia con que siempre me habéis distinguido, cumplir el mandato del V.´.M.´., si no con la brillantez y elocuencia que el acto requiere, con la sinceridad y el buen deseo que me animan, cuando considero que debo pagar, de algún modo, el afecto inmerecido que muestran hacia mí, el más humilde de losobreros de esta Log.´.

      Ahora he de dirigirme al nuevo H.´. para felicitarle por su brillante iniciación, en primer término, y después, para proporcionarle alguna instrucción sobre la Orden a que desde hoy pertenece e indicarle los importantes deberes que ha de cumplir en lo sucesivo.

      Q.´.H.´., grande debe de haber sido vuestro valor y abnegación; inmensa la confianza que os hainspirado la Masonería, aún sin conocerla; admirable la constancia que has manifestado, y mucho el amor hacia los nobles ideales de la fraternidad universal, cuando arrostrando las calumnias de nuestros enemigos, despreciando los hipócritas convencionalismos que impone el mundo profano de donde venís y declarándoos capaz de aceptar, a trueque de grandes sacrificios, los sinsabores y persecuciones deque son víctimas en el seno de una sociedad pervertida los adalides del Progreso, penetráis en nuestro seno ignorando si os encuentras al fin de una jornada, falto de las condiciones excepcionales que deben distinguir al buen Masón.

Pero nosotros, que hemos seguido vuestros pasos en la vida profana; nosotros, que nos hemos informado escrupulosamente de vuestra conducta honrada, que hemosescuchado las manifestaciones de vuestras ideas, tan sublimes, tan elevadas, tan hermosas; que hemos apreciado vuestra perseverancia y moralidad en el curso de la iniciación. Nosotros, en fin, que tantas conciencias hemos procurado penetrar, que tantos profanos hemos podido juzgar desde este sitio y descubrir tantas miserias y perfidias, creemos haber reconocido en vos al hombre de conviccionesarraigadas, de espíritu sereno, de ideas generosas, susceptible de aquella educación Masónica que transforma a los hombres en héroes, a los ignorantes en instruidos, a los seres desgraciados en seres felices.

Por eso he dicho que me proponía, en primer término, felicitaros por vuestra Iniciación, al par que nos felicitamos nosotros, poseídos de la halagüeña esperanza de tener en vos un Masón digno depertenecer a nuestra familia universal. Pero si, por desgracia, resultara equivocado el juicio que respecto a vos ha formado esta Log.´., si sólo os ha conducido aquí la curiosidad o el insano propósito de traicionar nuestra causa, nada lograréis porque las instrucciones Masónicas son muy lentas, nuestras leyes muy previsoras, nuestros misterios y secretos harto sublimes para que podáis conocerlosantes que la mirada escudriñadora de los Masones penetre en vuestra conciencia y os arrojen de sus Templos marcándote la frente con el estigma de la perfidia y la traición.

Huye presuroso, llevando sobre vuestro espíritu el peso abrumador de la deshonra, el remordimiento y el fratricidio moral, si tus intenciones son perversas, y no os expongáis a que os lleguemos a conocer.

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