Oriana Fallaci


Oriana Fallaci practicó la entrevista periodística como una de las formas de duelo y de confrontación: torear y azuzar para incomodar, acorralar y develar. Así lo hizo con los líderes mundialesque dominaron la historia de los años sesenta y setenta que decidían los destinos del mundo. Cada una de las entrevistas es un retrato del poder, que ella dice abominar ya que no consigue prescindir laidea de que nuestra existencia dependa de unos pocos, porque no es que esos pocos sean más inteligentes, ni más fuertes, sino, más emprendedores y más ambiciosos.
Temible e indómita, que deja ver nosólo los detalles y las circunstancias en las que se realizó el encuentro sino también el impacto que ese reportaje generó en su contexto histórico y político. “Este libro no quiere prometer nada másque lo que promete ser: es decir, un documento a caballo entre el periodismo y la historia” (Fallaci… página 9)

Henry Kissinger, este hombre tan famoso a quien llaman Supermán fue aquel de variosentrevistados que condicionó a Fallaci en donde en su primer encuentro hablaría sólo ella dejando ver que dependiendo de lo que dijera, Kissinger aceptaría o no concederle la entrevista. Fue laentrevista, que según Oriana, se convirtió en la más incómoda de todas las que haya hecho porque tener que lidiar con ese rostro que difícilmente denuncia una idea o un sentimiento es verdaderamenteembarazoso. Ya publicada comenzaron a circular rumores y el más fuerte fue aquel que aseguraba que el presidente Nixon estaba furioso con Henry por el hecho de que no le perdonaba que lo hubiera subvaloradoen cuanto a su éxito. Poco después Kissinger se dejó entrevistar por un cronista en donde aseguraba que Fallaci había deformado las respuestas e inventado sus palabras, pero astutamente ella amenazócon publicar la grabación en donde se deja ver lo mucho que lo detestaba.

Alejandro Panagulis, Alekos para los amigos y para la policía, fue ese singular hombre que a pesar de vivir los tormentos...