Paisaje urbano

La gestión del paisaje urbano como herramienta para la conservación
del patrimonio natural y su funcionalidad

Ing. Agr. Sandra Moncada Jorquera

Desde el establecimiento en 1872 del Parque Nacional Yellowstone en Estados Unidos
hasta la fecha, la conservación de la naturaleza ha tenido como pilar fundamental y
estandarte la creación de los llamados Espacios Naturales Protegidos.Actualmente, este
tipo de iniciativa se encuentra fuertemente arraigada en las políticas conservacionistas de
las naciones, y de las organizaciones internacionales constituidas para dar solución a las
problemáticas ambientales, pretendiéndose con ello resguardar, mantener y perpetuar
una proporción representativa del patrimonio natural de los países, en particular, y del
planeta en general.Lamentablemente, y a pesar de las buenas intenciones por las cuales
ellas fueron concebidas, la preservación de la naturaleza mediante la formación de “islas”
ajenas al ser humano y su impacto, ha demostrado no ser una herramienta suficiente para
salvaguardar al planeta de la actividad del hombre. Esto debido a que la Tierra, el planeta
Tierra, funciona como un “gran ser vivo” donde cada uno de suscomponentes, tanto
bióticos como abióticos, están relacionados directa o indirectamente y, por tanto, no se
puede concebir el cuidado de una sección de este ser pensando que lo que ocurre en
resto de su estructura no afectará su dinámica y funcionamiento global. Basta con pensar
en los cambios atmosféricos generados por el hombre y su industria, que han
desencadenado el, tan en boga, CambioClimático que afecta al planeta de manera
global. Tampoco se puede dejar fuera la cada vez mayor presencia de nuestra especie,
porque nos guste o no, hemos llegado al punto de intervención donde, como define Jorge
Riechmann, vivimos en un “mundo lleno”.
Ante este panorama debemos considerar seriamente acciones que nos lleven a una mejor
convivencia con el planeta, por nuestro propio bien y el delas generaciones futuras,
entendiendo que somos parte de esta gran estructura dinámica y funcional y, en
consecuencia, no nos podemos dar el lujo de gestionarla de mala manera sabiendo que
nuestro bienestar depende de ella. Pensemos en las necesidades más básicas de nuestra
existencia, respirar y comer. Existimos gracias a la vida que nos proporciona este planeta.

Con este convencimientocabe preguntarse ¿Que podemos hacer para que nuestra
actividad y “desarrollo” estén en armonía con la naturaleza de tal manera que permitan
“mantener su óptima funcionalidad”?.
Para responder a ello han surgido muchas propuestas y recomendaciones por parte de
distintas esferas políticas, sociales y científicas (IPCC, ONU, UNESCO, etc.) que tratan de
afrontar la situación en la que nosencontramos. La mayoría de ellas enfocadas al
concepto de Desarrollo Sostenible, principalmente a través de la identificación de la
Huella ecológica1 y la Huella de carbono2. Y en menor medida atendiendo a las
desigualdades sociales. Seguramente, esta es una respuesta a intereses económicos
más que ecológicos y sociales. Al esmero puesto en las causas ambientales, se suman
las políticasconservacionistas que se aludieron anteriormente, y que no reflexionan en
que el planeta está y ha estado históricamente en constante transformación siguiendo su
esencia dinámica. Empero, poco se ha trabajado acerca del punto donde confluyen
naturaleza y hombre, el paisaje cultural. Es así como, “se desestima la biodiversidad de
las áreas agrícolas y urbanas, (…) y no se consideran los beneficios de laparticipación
social, particularmente de los grupos indígenas a pesar de su amplio conocimiento y larga
experiencia en el manejo de los recursos naturales de su territorio” (Guevara, 2008). En
este sentido, una inadecuada gestión del paisaje induce a un deterioro del mismo, lo que
obviamente es perjudicial, mientras que un hábitat productivamente bien organizado es
una fuente de riqueza de los...