Para una nueva década de teatro

PARA UNA NUEVA DÉCADA DE TEATRO
Por: Vladimir Vera

Estamos terminando la primera década del siglo XXI lo que nos responsabiliza como creadores y nos obliga a mirar hacia atrás para analizar qué se ha hecho, y lo más importante: ¿Qué podemos aportar? Específicamente en el caso de Venezuela, al hacer esta mirada retrospectiva, notamos que los aportes en este sentido han sido escasos y en elmejor de los casos, escuetos. Situación que se ha prolongado durante los últimos 15 años.
Hablamos constantemente de cómo el teatro ha perdido a su público y en innumerables ocasiones he escuchado la siguiente sentencia: “No provoca hacer teatro. El público es mediocre y no vendrá a nuestro espectáculo”. El público, porque claro, siempre hay un culpable…
Nosotros, los creadores, nos hemos encargadode asesinar con nuestras propias manos los postreros vestigios del teatro en Venezuela. Y luego culpamos al público. 
Hemos olvidado que al dirigirnos al espectador venezolano debemos hacerlo con inteligencia y respeto, pues nuestro público no soporta ni admitirá ver en escena la descomposición de ese cadáver putrefacto al que pretendemos seguir llamando teatro venezolano. Claro, con lo que yome atrevería a llamar una “supuesta excepción” - “una falsa excepción”. 
Hablo de los creadores del “teatro ligero”, ese teatro que tiene la sencilla finalidad de entretener, que suele apoyarse con estrellas televisivas dentro de su elenco y que no tiene como meta ulterior la investigación escénica, ni intenta abordar temas paradigmáticos referidos a las problemáticas sociales presentes en nuestroentorno. 
No quiero hacer una referencia negativa al hecho de trabajar con actores de Tv, es más: lo aplaudo. No reside aquí el problema. El director teatral trabaja con el elenco que le provoque, atendiendo siempre a los requerimientos espectaculares que la obra en sí misma amerite. 
Lo negativo, en todo caso, de este “teatro ligero” o “de entretenimiento” es que, y esto es un hecho que serepite con cada nueva temporada de teatro comercial que se anuncia, estamos en presencia de espectáculos que no se corresponden con los estándares de calidad que se pueden apreciar en otras producciones de similar tono realizadas allende a nuestras fronteras. A tal extremo ha llegado la banalización del sector teatral en nuestro país. 
El espectador asiste como voyeur a ver al artista de moda y allífinaliza todo. El director se ha conformado con la “comodidad de lo fácil”, sin intentar al menos una propuesta escénica enriquecedora o al menos coherente con los temas subyacentes en la dramaturgia seleccionada. No existe una IDEA, y, sin ideas, el teatro está sentenciado a morir. 
Ya anunció en su momento el maestro Peter Brook: “Una obra es un choque de los opuestos. En teatro, esto esarmonía y la comodidad, discordia”. 
He aquí la que para mi es nuestra primera y mayor falla y nuestro más imperdonable pecado. El teatro venezolano, nuestro teatro, es uno carente de riesgo. Es un teatro sin educación. Que nace como consecuencia del esnobismo y de la afición, y aceptar esto es tan grave y tan peligroso como consentir que un aficionado opere sin título, o que un albañil dirija unproyecto de urbanismo: el resultado lo podemos ver en las fabelas brasileras, en los barrios caraqueños. Nada más podemos esperar.
Un gran número de directores teatrales asumen esta labor con una carencia absoluta de estudios, craso error al ser el teatro un monasterio, donde uno debe (al igual que los médicos), constantemente investigar, ahondar y profundizar en las nuevas tendencias, no olvidemosque nuestra competencia más encarnizada la tenemos con los nuevos medios de comunicación, y con las nuevas tecnologías informativas que día a día consume nuestro espectador. Si logramos dar este paso decisivo la pregunta ya no será “qué”, sino “cómo”.
Estamos terminando la primera década del siglo XXI y nuestro público está jugando wii, o navegando por el ciberespacio, tenemos hasta 200 canales...