parábolas
Reflexión hijo prodigo
Esta parábola nos habla del inmenso amor de Dios que recibe, del enorme amor de Dios por la humanidad,por esa creación que él hizo con el único propósito que le diera la honra y la gloria que solo él merece. Y dada la caída del hombre a través de Adán y Eva, Dios por medio de Jesucristo, dejando su gloria se humilló hasta la muerte y muerte de cruz, por amor a nosotros.
Parábola el árbol se compone por sus frutos
28 "¿Qué les parece? Un hombre tenía dos hijos y, dirigiéndose al primero, le dijo:"Hijo, quiero que hoy vayas a trabajar a mi viña".
29 Él respondió: "No quiero". Pero después se arrepintió y fue.
30 Dirigiéndose al segundo, le dijo lo mismo y este le respondió: "Voy, Señor", pero no fue.
31 ¿Cuál de los dos cumplió la voluntad de su padre?". "El primero", le respondieron.Jesús les dijo: "Les aseguro que los publicanos y las prostitutas llegan antes que ustedes al Reino deDios.
32 En efecto, Juan vino a ustedes por el camino de la justicia y no creyeron en él; en cambio, los publicanos y las prostitutas creyeron en él. Pero ustedes, ni siquiera al ver este ejemplo, se han arrepentido ni han creído en él.
Reflexión
La soberbia de ocupar cargos en las instituciones religiosas, les hace creer que ya están a salvo, les gusta el poder y se olvidan de las enseñanzasy testimonios que nos da la Biblia, hasta el infierno se undirán, en cambio los pecadores arrepentidos que creen en Jesús y su Evangelio, entrarán al Reino de Dios, no importa la gravedad de sus pecados.
Sol y luz del mundo
En aquel tiempo dijo Jesús a los judíos: «Yo soy la luz del mundo; el que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida». Los fariseos le dijeron:«Tú das testimonio de ti mismo: tu testimonio no vale». Jesús les respondió: «Aunque yo dé testimonio de mí mismo, mi testimonio vale, porque sé de dónde he venido y a dónde voy; pero vosotros no sabéis de dónde vengo ni a dónde voy. Vosotros juzgáis según la carne; yo no juzgo a nadie; y si juzgo, mi juicio es verdadero, porque no estoy yo solo, sino yo y el que me ha enviado. Y en vuestra Leyestá escrito que el testimonio de dos personas es válido. Yo soy el que doy testimonio de mí mismo y también el que me ha enviado, el Padre, da testimonio de mí». Entonces le decían: «¿Dónde está tu Padre?» Respondió Jesús: «No me conocéis ni a mí ni a mi Padre; si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre». Estas palabras las pronunció junto al arca de las ofrendas, mientras enseñaba...
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