Pecado, Gracia, Perdón Y Reconciliación

Esta Exhortación Apostólica que lleva por título original Reconciliatio et paenitentia, promulgada por el Papa Juan Pablo II el 2 de diciembre de 1984, el primer domingo de Adviento, nos convoca ahora, casi después de 30 años, a observar cuán importante es este tema en una sociedad aún más secularizada, emergente y atea, la cual le apuesta más al tener que al ser, en donde priman los prejuiciossociales, la categoría, el status, la fama, el reconocimiento efímero de frente a los valores y la dignidad de la persona como nos lo ha referido el Papa en la justificación de la exhortación, especialmente sobre la persona humana en su relación con los otros y con Dios. El contenido de la misma es apremiante, su estructura como los demás escritos de dicho sumo Pontífice, dilucidan la claridad y elorden de las conclusiones, que en este caso, tuvieron lugar en un Sínodo de nuestra Iglesia, un encuentro de nuestros pastores bajo la reflexión frente a lo que su rebaño necesita. Luego del Proemio y la introducción, definiéndonos ya, de cierta forma, lo que es penitencia: La penitencia es por tanto, la conversión que pasa del corazón a las obras y consiguientemente, a la vida entera delcristiano1, el Papa refiere al objeto mismo del escrito, que además de ser un instrumento de purificación, de enriquecimiento y de afianzamiento de la propia fe personal, también es la levadura que hace crecer en el corazón del mundo la paz y la fraternidad, la esperanza y la alegría, valores que emergen del Evangelio escuchado, meditado y vivido al ejemplo de la virgen María2. El esquema que logré leeren dicho escrito es muy adecuado, a mi modo de ver, para un público tan heterogéneo en ese entonces, y por supuesto para el día de hoy. Inicialmente aparece la clara tarea de la Iglesia como agente propiciador y generador de la conversión y la reconciliación desde la óptica de Lc 15, 11-32, aparte del evangelista que sin duda, nos evidencia el “proceso” y el “camino” de dicha experiencia delperdón, de la gracia, del regreso a la misericordia paterna, todo esto en la inspiración de un Padre que envía a su Hijo, Jesucristo, para recuperar a aquellos que nos habíamos perdido, un Padre,
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Juan Pablo II. Reconciliación et Penitencia. 4. Editorial Paulinas. Bogotá D.C., 2005 Pág. 13. 2 Ibid, Pág., 19

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que desde su iniciativa, nos acoge en el perdón cuando nosotros así lo aceptamos,alejándonos del pecado y de la oscuridad que algún día preferimos frente a la luz y la gracia. Dicho pecado en sus diferentes acepciones, nos apremia como realidad humana por lo que su Santidad los describe con detalle especialmente aquéllos a los que más se les ha dado cabida en la historia, a saber, los veniales, mortales, personales y sociales, todos estos, senderos de muerte, división ydesesperanza, realidades que asumieron y experimentaron nuestros primeros padres en el libro del Génesis al cual quiero hacer referencia más adelante. Finalmente, invitándonos a observar con cuidado y con la ayuda de nuestra conciencia como un termómetro, nos alerta en el peligro de perder el sentido de lo que es pecado, llegando a un solipsismo y secularismo, que además de cegarnos, nos impiden juzgarcon criterio evangélico en Jesucristo la moralidad de nuestros actos. Los medios y las formas para adquirir el perdón, luego de habernos convertido y así, reconciliado, hacen parte de la tercera y última sección de la exhortación, pues además de definir algunos casos y excepciones respecto al sacramento de la penitencia, aclara, especialmente a los sacerdotes, algunos aspectos en los que hay quetener cuidado, como por ejemplo lo que suele decirse de la absolución general, que a propósito debe autorizarla un obispo y en casos específicos. Todo esto para definir eclesialmente, cristológicamente y cristianamente la naturaleza de semejante gracia que Dios Padre nos ha concedido en su Hijo por el Espíritu Santo. De esta forma y para sintetizar lo que deseaba escribir, quiero referirme,...