Pequeña ciudadana

La Pequeña Ciudadana, Amelia Anda

Letra: Alejandro Carrión Aguirre
Música: Segundo Cueva Celi

Pequeña ciudadana, has llegado a mi vida,
con la sonrisa dulce y la boca encendida,
y yo he puesto a mi alma, silenciosa y tranquila
a soñar a la sombra de tus largas pestañas.

Deja hoy que mi palabra en amor se te acerque,
y te diga al oído la verdad de mi alma,
mi devoción ardiente portu rostro moreno,
por tus manos de seda y tu cuerpo pequeño.

Heroico te negué la entrada a mi pecho,
mientras mis fuerzas de hombre pudieron resistirte,
pero tu me venciste y ahora estoy en tus manos,
como la blanda cera en manos de un artista,
como la blanda cera en manos de un artista.

Son muy pocos los días que estás junto a mi alma
Y parece que siempre junto a ella estuviste.
Entus manos mi vida como un juguete se halla
y tú puedes romperla o, en amor, conservarla.

Mis labios en tu brazo, antes de conocerte dejaron,
indelebles, sus dos huellas ansiosas,
y hoy, que estás en mi vida, presente y amorosa,
puedo reconocerlas mientras mi sangre hierve.

Tu boca ¿lo recuerdas?, en aquel huerto joven
donde una tarde cálida sus oros derramaba
me venció, estremeciéndomehasta el hondo misterio
donde vela el silencio nuestro propio destino.

Ahora, aquí, en mi pecho, pequeña dictadora,
Con voz inapelable tus órdenes me dictas,
y toda el alma mía, tan libre y soñadora,
en servidumbre dulce, solo cumplirlas quiere.

Llegar a la casa de Amelia no fue difícil. Me costó reconocer la fachada, pues donde me acordaba de un par de árboles de flores amarillas habíaun parqueadero. Y reemplazando a la casa donde alguna vez jugué de niña, crecía un edificio de 5 pisos. Es una casualidad pero Amelia Anda Aguirre, a quien voy a entrevistar, es abuela de mis primos Mora –Ordóñez. Creo haberle visto en una primera comunión y tal vez en algún matrimonio, pero eso es todo. Nunca hemos hablado y ahora necesito que me cuente intimidades de su juventud.
Vive en elquinto piso, con su hija Alba Luz Mora. Cae la tarde y el departamento está abrigado. El sol se filtra por los vitrales que decoran las salas y el comedor. El conocido vitralista Oswaldo Mora es hijo de Amelia. Y ella, orgullosa luce en su casa la obra de su hijo. El juego de sombras, colores y luz crea un ambiente exótico y extrañamente confortable. Me siento amplia para la conversación.Amelia está próxima a cumplir 93 años. Su hija Alba Luz me advierte que no escucha bien, y me indica que debo sentarme a su lado izquierdo, así podremos conversar sin necesidad de gritar.
Le pregunto de Loja, la ciudad en la que nació y donde fue la musa inspiradora de Alejandro Carrión y su poema “Pequeña Ciudadana”. Sonríe con nostalgia. Y sus ojos profundos y sabios, de esos que han vistocientos de historias y personajes, me miran sin verme. “Loja era una ciudad chica con edificios bajos y casitas de un solo piso. Las mujeres usaban vestidos bajo la rodilla y siempre de manga larga.”-empieza a adentrarse en los recuerdos y habla con lucidez, con claridad y con necesidad de ser escuchada. “Mi mamá se había casado a los 14 años, y yo nací cuando ella tenía 15. Y a lomo de mula cuando yotenía dos años salimos de Loja para radicarnos en Quito”. Alba Luz trae un cuadrito con una foto antigua en blanco y negro. Una guapísima mujer-niña tiene a una bebé sentada en su regazo. Es la señora Rosa Emilia Aguirre Sánchez y la pequeña Amelia de tan solo 8 meses de edad.
Nuestra conversación se interrumpe. Oswaldo llega con su hija Daniela y la señora Amelia asume su papel de madre yabuela y saluda contenta. Se han enterado de la entrevista y de las fotos y no quieren perderse el relato; aunque ya se lo saben de memoria. La Dani cuenta que en la Universidad le preguntaron si ella era la nieta de la pequeña ciudadana. Es que sin duda, “Pequeña Ciudadana” es uno de los pasillos ecuatorianos más cantados y asociados siempre a los lojanos.
Amelia creció en Quito, estudió en el...