perelman
1.
Los autores retoman una distinción conceptual que arranca en la época clásica de la oratoria y continúa hoy en día: la distinción entre persuadir y convencer; la primera, más ligada ala acción, y la segunda, a la convicción.
Para quien se preocupa más por el resultado, persuadir es más que convencer (porque la convicción es el primer paso antes de la acción); para quien estápreocupado por el carácter racional de la convicción, convencer es más que persuadir.
En este sentido, hay ciertas argumentaciones que apuntan directamente a un efecto persuasivo (la argumentaciónde la publicidad, la argumentación política): ellas buscan que la audiencia haga algo en concreto.
Pero hay otras, como por ejemplo la argumentación de la jurisprudencia, que apelan a lainteligencia de su auditorio y al carácter racional o lógico de las “verdades” que enuncian.
En la realidad, los límites entre persuadir y convencer son sutiles e imprecisos, señalan Perelman yOlbrechts-Tyteca. Ellos, por su parte, proponen un enfoque particular sobre esta oposición basada en el tipo de auditorio a quien el orador se dirige. Inicialmente establecen dos auditorios: el universal y elparticular.
2.
Al auditorio universal (conformado por la humanidad) “los argumentos que se le presentan no constituyen ningún llamado a la acción”, buscan establecer (o retoman) principios o verdadesintemporales. Pero por el contrario, a los auditorios particulares(conformado por un grupo o persona concreta, con intereses y emociones precisos) se les proponen argumentaciones cercanas a la acción.empresa) en un momento de la argumentación como si fuera universal, para reforzar el carácter racional de la adhesión.
O podemos hacerlo a la inversa, el auditorio universal (el pueblo de unanación, por ejemplo) puede convertirse en una persona concreta que queremos que actúe de inmediato. Y de hecho, ¡esto lo hacemos habitualmente!
Creo que ser conscientes de que podemos dirigirnos a...
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