Periodo Oligárquico
Juan Carlos Tedesco (1983; 1985 y 1993) “Sostiene el argumento central de que fueron más las necesidades políticas que las económicaslas que impulsaron a los sectores dirigentes en la construcción del sistema educativo, en tanto una economía basada en la explotación agropecuaria extensiva no requería la preparación de personal técnico capacitado”
Adriana Puiggrós (1996 y 1998), quien, en diálogo crítico con Tedesco, se centra en el análisis de los discursos provenientes del campo de la “educación popular” y que constituyeron“alternativas pedagógicas” al discurso pedagógico hegemónico –el discurso normalizador- durante el período 1880-1916.
El sistema educativo tradicional se basaba en un sistema de distribución social del conocimiento donde la mayoría de la población accedía sólo a un mínimo de enseñanza básica que garantizaba la homogeneidad cultural y una élite accedía al dominio de los instrumentos que posibilitabanalgún nivel de creación del conocimiento. Este sistema tenía dos características básicas: “(...) la cultura escolar reproducía el orden ideológicamente dominante pero, al mismo tiempo, este orden representaba una modificación sustancial de las pautas y contenidos de socialización utilizados por las instituciones particularistas (familia e Iglesia fundamentalmente)” (1983: 264) En este sentido elespacio de acción pedagógica que antes correspondía a otras instituciones, debía ser conquistado por la escuela, cuya tarea social fundamental era formar al ciudadano (como dirigente o como dirigido), así: “(...) el objetivo de difundir la lecto-escritura y ciertos conocimientos y valores entre los sectores populares era un objetivo que debía ser cumplido (...) Los sectores populares, en todocaso, cuestionaron las limitaciones en su cumplimiento pero no la validez de su postulación, presionando sistemáticamente para obtener una cuota cada vez mayor de participación en el acceso.”(1983: 264)
Tendencias político-pedagógicas y discurso hegemónico
También Adriana Puiggrós (1996 y 1998) sostiene que la lucha por cada espacio de poder en el campo educativo entre liberales y católicosno agotó las tendencias de la época.
Pero, a diferencia de Tedesco, plantea que los discursos provenientes de sectores medios y populares se inscribieron en el discurso escolar, articulando (y subordinando) las demandas democráticas a la lógica de poder del bloque hegemónico -y en particular a la de la burocracia escolar que respondía a él-, manifestando así su carácter anti-democrático.Por un lado, ubica a los “normalizadores”, que adhirieron al modelo sarmientino de sujeto pedagógico, representantes del discurso pedagógico oficial, que se estaba consolidando: un grupo católico, que se oponía a la hegemonía del Estado en la educación, y sostenía que la escuela formara al mismo tiempo al católico y al ciudadano. El otro grupo, laico, dividido en varias fracciones, sostenía quela escuela debía formar al ciudadano, y el vínculo pedagógico tendría la forma de la instrucción pública. Se nutrieron de ideas positivistas, anticlericales, y defendían la educación laica y estatal como forma de controlar la irrupción de los inmigrantes y los discursos pedagógicos provenientes del naciente bloque popular, asimilado a la “barbarie”. Para ellos, el educador debía imponer la...
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