piromania

Pirómanos: locos por el placer del fuego
"Yo no he sido, yo no he sido" repetía incansable Pablo Mancebo, cuando le preguntaban
por el segundo incendio, el de Pedro Bernardo. Poco antes había confesado su participación en el
siniestro de Navahondilla (Ávila), pero no en el de Pedro Bernardo donde ardieron 3.500 hectáreas.
"No he sido yo", insistía Pablo. Aquel 11 de septiembre del 2000, en lalocalidad abulense de Pedro
Bernardo se declaró un incendio que se cobró una vida y que provocó la evacuación de un centenar
de vecinos. Tres días más tarde Mancebo ingresaba en prisión como presunto autor del incendio. No
era la primera vez. En 1998 fue condenado a dos años de cárcel por provocar uno en Cebreros, su
lugar de residencia. Carecer de antecedentes penales y su buena conductacontribuyeron a que
Pablo, de 23 años, sólo pasara dos meses en el penal. De poco sirvió el castigo. Dos años más tarde,
Pablo volvió a sucumbir al encanto del fuego.
Este no es el único caso de piromanía. El 11 de julio los Mossos d'Esquadra detenían a
Rafael C.S. vecino de Barcelona, como presunto autor de cinco incendios forestales declarados un
mes antes en el municipio de Begur, en Girona.Uno arrasó 30 hectáreas y obligó a desalojar a
varios vecinos. El 8 de julio en Orba, Alicante, se evitó la tragedia al detener a un presunto
pirómano cuando intentaba provocar un incendio. En la localidad gerundense de Calella de
Palafrugell, el 1 de julio, un vecino alertó a las autoridades cuando vio a un hombre prender fuego
en una zona boscosa cerca de un cámping. Se trataba de Driss I.,una persona con numerosos
antecedentes penales. Las autoridades investigan su posible relación con los numerosos incendios
forestales que han asolado más de 2.000 hectáreas en la zona de la Costa Brava durante el mes de
junio. El caso más reciente tuvo lugar en el Parque Nacional de Cazorla donde un incendio dejó un
saldo demoledor: 836 hectáreas arrasadas, 400 vecinos evacuados, miles deárboles calcinados y un
sector, turístico seriamente dañado.

Arrepentimiento
Paradójicamente suelen ser los primeros en avisar al vecindario de la existencia del fuego e
incluso se convierten en bomberos improvisados y en los primeros voluntarios en ayudar a
sofocarlo. "Aunque no siempre es así, muchos pirómanos avisan de la existencia del fuego porque
se arrepienten -señala Amparo Belloch,catedrática de Psicopatología de la Universidad de
Valencia-, no tienen intención de causar daño, sino que sufren un trastorno de personalidad grave
que da lugar a una pérdida de control de impulsos". De hecho, los pirómanos no tienen un motivo
económico y tampoco les mueve la cólera o la venganza. Simplemente son víctimas de un trastorno.
Sienten un deseo irrefrenable de prender fuego y luegodisfrutan observando sus devastadoras
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consecuencias. Prender fuego les produce una dulce sensación de bienestar, gratificación y
liberación de la tensión.
Determinar la autoría de este tipo de delitos no es fácil, puesto que en la mayoría de los
casos no hay testigos. La piromanía, segunda causa de incendios en España, se describe en un claro
perfil:coeficiente intelectual límite, es decir, por debajo de la media, deseo irrefrenable de prender
fuego, necesidad de observar sus espectaculares consecuencias y, generalmente, el consumo
abusivo de alcohol antes del incendio. "El consumo de alcohol u otras sustancias psicoactivas suele
estar relacionado con los trastornos de control de los impulsos -explica Belloch- de hecho, ambos
factores sedan juntos y uno es consecuencia del otro". José Gil, profesor de Psicología de la
Universidad de Valencia, es rotundo en sus afirmaciones: "Sólo se consideran pirómanos a aquellos
que provocan y disfrutan, que incluso se excitan observando la acción del fuego". Es necesaria la
aclaración, dice Gil, "porque se confunde a los pirómanos con personas sociópatas y antisociales
que provocan...