Poesia peruana del siglo xx
VICENTE AZAR (1913) A George e Ira Gershwin
Una y otra vez ande la risa, suenan, advienen como olas los susurros. La antigua carretela corredesoladamente por el bosque rutilante de lienzos tendidos. ¿Quién canta? ¿Qué voz aún no olvidada? Oh, Elaine, mi Elaine, quisiera descubrirte, desnuda y trémula, en el bosque de los banjosmientras en la línea azul del ocaso estén trazándose sin ruido las centellas, las raudas, los fuegos artificiales de la fiesta. Entonces el camino llega trivio de los álamos vacila,escoge la dirección de tres de los puntos cardinales. Toda la noche ardiente del Sur sube como una marea hasta las grandes ciudades que parpadean sus millares de luces. La nochecálida, las voces, el tránsito rápido, nervioso, reverberante de las luciérnagas. Porgy y Bess llegan al Central Park, con su sangre vertiginosa y sin embargo llena de música. Y el nervio,la sonrisa, el júbilo, el ululante brazo, los siguen como una jauría. Suena la trompeta insistente, pero la melodía de la ciudad es humilde y camina por las calles como un niño debarrio que silba para engañar el frío con las manos en los bolsillos agujerados. El violín sale de su vieja alacena, y su desvanecido frío endulza las canciones de amor que George noquiso olvidar. Antigua canción, divina cadencia igual en todas las regiones de la música nocturna que llena esta ciudad sumergida en el tiempo. No han querido olvidarte ahora. Ymientras Hypnia sueña, suben sobre su flanco inmortal las escaleras musicales de Gershwin, sus garfios mudos, graves, nocturnos. Y ascienden son su ritmo incesante hasta la torre deamorosos blues, hasta los toboganes de swing de media noche, cuando son más suaves los brazos y los cabellos de platino sonámbulo. Allí flota su banderola azul de cánticos y olvidos.
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