Politólogo
Hay situaciones que conmuevenmuy particularmente a la sociedad, y que son consideradas como verdaderas tragedias colectivas; en tales casos, pareciera que la respuesta jurídica y social tiende a ser más profunda y activa, ya queeste tipo de transgresiones luce como una auténtica amenaza para la viabilidad del grupo. El actor de estas violaciones, salvo en contadas excepciones, tiende a aceptar el carácter marginal de suconducta; y aún cuando procure minimizar el monto de la sanción mediante la exhibición de circunstancias atenuantes o incluso justificatorias, la idea de que el marco de convivencia social ha sido por élafectado, por lo general no lo abandona. Este sentimiento es también compartido por los demás miembros de la sociedad, aún cuando esto no siempre signifique asumir actitudes de discriminación o deaislamiento drástico hacia el transgresor.
Hay otro tipo de conductas violatorias, que aunque no presentan un perfil tan dramático, y no entrañan un peligro superlativo para la trama colectiva, sontambién consideradas como marginales respecto del marco de convivencia; y aunque no reciban el misrno sentimiento de repulsa que las descriptas anteriormente, son condenadas sin vacilación no sólodesde el punto de vista jurídico sino también desde el social. Tanto en el caso anterior como en éste, el hecho de que un actor haya incurrido en falta y aún que esté dispuesto a continuar faltando, nosignifica que no sea consciente de su distanciamiento del marco normativo, que en el fondo le sirve de referente.
Por el contrario, con las llamadas autoexcepciones sucede algo particularmente...
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