Politica

Procesos intrapartidistas en Guerrero 2010-2011:
dilemas de política, justicia y legalidad.
Por: Fermín Vargas Vargas*

Sin duda que los procesos electivos intrapartidistas en Guerrero, en el contexto de la renovación del Titular del Poder Ejecutivo Estatal, han sido marcados por las peculiaridades propias de nuestra herencia social y política, combinadas con la vertiente nacional de latransición democrática iniciada hace más de una década, con resultados poco halagüeños en cuanto a desarrollo político, justicia y legalidad se refiere.

Es decir, la amalgama del sistema de creencias, tradiciones y valores para abordar y resolver los asuntos públicos, denominado cultura política, así como la implantación de mecanismos institucionales para la administración de las elecciones y lasolución de los conflictos derivados de las contiendas políticas, parecen retraerse en su conjunto para dar paso a la involución social que representa la subcultura parroquial que pretende imponerse sobre el ejercicio con calidad, correcto, eficaz y eficiente, de la política, la justicia y la legalidad.

De ahí surgen estos dilemas en la elección de Gobernador que se aproxima.

Dilemas depolítica. La tipología de partidos en Guerrero no ha evolucionado desde hace varias décadas y como consecuencia de ello, se observa y determina el tipo de comportamiento y ejercicio de la política por parte de los miembros respectivos frente a sus adversarios políticos internos y externos, así como su actuación en la sociedad en general y de la propia ciudadanía en su conjunto.

En otras palabras,desde siempre ha existido en el Estado una mixtura de partidos de “notables”, “de masas” y recientemente “atrapa-todo” (tipología dada a los partidos en la teoría política), que centran su atención en la preservación y transmisión familiar y afectiva de generación en generación del poder público, dominando la voluntad colectiva a través de procesos de construcción de toma de decisiones de cortevertical y centralizada, superponiendo para ello las estrategias de mercado y el uso de la violencia “legitima”, como instrumentos políticos por excelencia, por encima de procesos apegados a los principios y valores de la democracia, pluralismo, justos y legales.

Por ello, la actuación tradicional y atípica de los actores políticos en la búsqueda del poder público estatal, se traduce hoy enuna serie de acciones por demás interesantes para su estudio, tales como: “juramentos de lealtad partidaria” suscritos ante Notario Público; “convocatorias” de tipo incluyente dirigidas a los adversarios políticos y a la sociedad, publicadas en medios impresos de comunicación; uso del lenguaje folklórico y hasta onomatopéyico como medio de entendimiento y expresión entre actores políticos;posicionamiento masivo de imágenes y promoción personalizada de servidores públicos de forma precoz e inútil en cuanto a rendimiento se refiere; pretensión de formación de coaliciones ganadoras al estilo europeo y Sudamérica ( que por cierto, son procedimientos frecuentes y exitosos en esas latitudes desde hace décadas, pero aquí como siempre, son lentos de digerir y comprender, recibiéndose con dudasy resistencia, por decir lo menos); creación circunstancial y efímera de todo tipo de asociaciones civiles y empresas en apoyo de los aspirantes, precandidatos y candidatos; negaciones y desconocimientos de paternidades políticas; notoria incapacidad de reconversión democrática; confusión de los conceptos de negociación con traición política; abyecciones, transformaciones y convicciones políticasde dudosa procedencia; y lo más grave: atentados contra la vida y la integridad física de actores políticos y ataque a las instituciones democráticas en el Estado, con el consecuente estancamiento político que pretende ser la singularidad y la constante, así como el herraje distintivo de la entidad federativa.

Dilemas de justicia. El asunto de: “dar a cada quien lo suyo y lo que le...