Politica
Pero un día su suerte cambia gracias a la comprensión de su compañera quien a escondidas le obsequia precisamente eso que él tanto anhela: ¡unguajolote! Aunque en un principio se niega a aceptarlo, el hambre y los deseos de disfrutar un banquete a solas terminan por convencerlo. Así que en un santiamén Macario se interna en laselva (¿lacandona?) para prepararse un rico manjar.
Desgraciadamente la buena suerte siempre viene acompañada de pequeños inconvenientes. Y estos detallitos no son otra cosa que tresinesperados visitantes: Satanás, Dios y la Muerte. Todos quieren que les comparta un cachito, una pieza, algo de esa jugosa carne que está asando. Macario se envalentona y se niegaa compartir lo que con tanto trabajo ha conseguido. Él no siente que lo suyo sea egoísmo, sino que es un derecho conquistado por tantos y tantos días de trabajo, por quedarse sincomer para dárselo a los suyos. No es justo que esos visitantes vengan a quitarle lo único que ha ganado.
Y si al demonio lo manda a donde mismo y a Dios le explica que no puede serque venga a quitarle al pobre lo que tiene por ser pobre, con la Muerte (Enrique Lucero) es con quien finalmente termia por ceder. En el siguiente diálogo se cifran las razones.
Regístrate para leer el documento completo.