Ponerse en el zapato de los demas
Un día, pasandopor el aparador de una tienda me detuve a ver un reloj que me llamó la atención y tomé la decisión de entrar para verlo más de cerca, en ese lugar habían dos jóvenes, que su trato era medianamenteamable, pude sentir en su trato, tristeza y sin decir nada mientras miraba el reloj, me quede pensando… en lo que sucedia, cuando de repente entra un señor al parecer el dueño del negocio, grande de edadpor cierto, iba entrando con unas bolsas de mandado y gritando que lo ayudaran que corrieran ayudarlo, la chica que me atendía salió corriendo a su encuentro y se olvidó de que me atendía, sentí muyfeo por la forma en la que este jefe, dueño o patrón se dirigió a sus empleadas. Me detuve a observarlo y al mirarlo sólo se me quedo viendo con un semblante muy molesto, a lo que mi única reacción fuemover la cabeza en forma negativa y salí del lugar, con una tristeza profunda por ellas, por esas empleadas, que sólo por el hecho de necesitar ese salario que él les paga, sienten tal vez que tienenderecho a ser tratadas como en este caso, de manera para mí indigna, es lamentable que sucedan hoy en día tanto en grandes como en pequeñas corporaciones este tipo de situaciones de supuestoliderazgo ejercido, que sí entre mas gritas más autoridad o poder tienes sobre la gente, es triste pero también es cierto que es parte de nuestra realidad (esto es un decir) porque en la medida en que uno...
Regístrate para leer el documento completo.