Primer Día
Páginas: 4 (954 palabras)
Publicado: 29 de agosto de 2011
Primer día
de Víctor San Inocencio
Cada agosto, comienza la primavera universitaria. Los recintos reciben al inicio de clases lo más noble y puro de la juventud puertorriqueña.Ese primer día de clases es especialmente luminoso para quienes empiezan su carrera universitaria. Cuántas emociones se reflejan en sus rostros juveniles, en sus gestos y en todas sus expresiones deasombro en los albores de una larga búsqueda que no acaba.
Es que la Universidad supone desde el mismísimo primer día una transformación que no cesa de acontecer en el espíritu de los hombres ymujeres que allí se forman. De ahí, que todo el que llega a ser un buen universitario, no deja de serlo nunca, por más lejos que le toque estar de su alma máter.
Al principio pasan por las mentes deestos jóvenes las mismas preguntas que se han repetido a lo largo del tiempo. ¿Cómo me irá? ¿Quiénes serán mis maestros? ¿Cómo serán mis compañeros de clases? ¿Encontraré el salón? ¿Qué haré si megritan "prepa"?
Cada minuto pasa a ser ocasión para descubrir nuevas cosas y para irse integrando a un mundo nuevo. Llama la atención la cantidad de gente. Verdaderas multitudes de jóvenes situadosen el mismo punto de partida. Seres humanos que irán siendo moldeados; que se harán fuertes, más sensibles y un poco más sabios a medida que pase el tiempo.
La primera clase acaso se reúne a unahora inimaginable. A las siete de la mañana una educadora hará su entrada al curso de Humanidades, y luego de una brevísima presentación hablará de un señor llamado Aquiles y de los valores de algoque llamamos civilización occidental.
Estupefactos y mirándose las caras, cada quien reconocerá por primera vez los rostros de unos personajes de la vida real que con el correr del tiempo seconvertirán en una especie de familia nueva, de la cual nunca realmente llegamos a separarnos.
Opera a partir de ese momento el primer gran milagro universitario. Jóvenes de los más distintos orígenes,...
de Víctor San Inocencio
Cada agosto, comienza la primavera universitaria. Los recintos reciben al inicio de clases lo más noble y puro de la juventud puertorriqueña.Ese primer día de clases es especialmente luminoso para quienes empiezan su carrera universitaria. Cuántas emociones se reflejan en sus rostros juveniles, en sus gestos y en todas sus expresiones deasombro en los albores de una larga búsqueda que no acaba.
Es que la Universidad supone desde el mismísimo primer día una transformación que no cesa de acontecer en el espíritu de los hombres ymujeres que allí se forman. De ahí, que todo el que llega a ser un buen universitario, no deja de serlo nunca, por más lejos que le toque estar de su alma máter.
Al principio pasan por las mentes deestos jóvenes las mismas preguntas que se han repetido a lo largo del tiempo. ¿Cómo me irá? ¿Quiénes serán mis maestros? ¿Cómo serán mis compañeros de clases? ¿Encontraré el salón? ¿Qué haré si megritan "prepa"?
Cada minuto pasa a ser ocasión para descubrir nuevas cosas y para irse integrando a un mundo nuevo. Llama la atención la cantidad de gente. Verdaderas multitudes de jóvenes situadosen el mismo punto de partida. Seres humanos que irán siendo moldeados; que se harán fuertes, más sensibles y un poco más sabios a medida que pase el tiempo.
La primera clase acaso se reúne a unahora inimaginable. A las siete de la mañana una educadora hará su entrada al curso de Humanidades, y luego de una brevísima presentación hablará de un señor llamado Aquiles y de los valores de algoque llamamos civilización occidental.
Estupefactos y mirándose las caras, cada quien reconocerá por primera vez los rostros de unos personajes de la vida real que con el correr del tiempo seconvertirán en una especie de familia nueva, de la cual nunca realmente llegamos a separarnos.
Opera a partir de ese momento el primer gran milagro universitario. Jóvenes de los más distintos orígenes,...
Leer documento completo
Regístrate para leer el documento completo.