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EL NIÑO QUE SE VOLVIÓ SABIO

Fabián es un niño muy hiperactivo. Le gustan los juegos virtuales y estar conectado al internet. Su padre y su madre se colocan de mal genio cuando le preguntan:
- Fabián, ¿tienes tareas? Y el responde:
- No mami, ya las hice
Cuando ni siquiera ha mirado sus cuadernos. Sus padres enojados dicen que le van a suspender el internet. Ya que esta es la es laúnica manera en que Fabián revisa sus cuadernos, hace trabajos y alista el horario. Un día el niño en su rutina de juego en la red, miro un letrero en la pantalla de su computador que le llamó mucho la atención. El letrero estaba encerrado en un cuadro de color llamativo y con unos símbolos que él nunca había visto. Algo que lo impacto fue el tipo de letra que contenía. Pero de todo el cuadro lo quemás lo impresiono fue lo que decía, ¿Quién eres tú? ¡Hassss!, suspiro Fabián. Con una mirada indagadora y con gestos de asombro, se preguntó ¿oiga quién soy yo?, apresurado cerro todo y apago su computador y se dirigió a donde estaban sus padres y les preguntó.
-¡Papi!, ¡papi!, ¡mami!, ¡mami!, ¿Quién soy yo?
Sus padres en show miraron al niño y se vieron fijamente el uno al otro como sihubieran visto al mismísimo demonio. Estaban totalmente impresionados por la pregunta que les había hecho su hijo, la verdad no sabían que responderle. Entre los dos dieron al pequeño una respuesta mediocre. Por supuesto, esto dejo al niño más confundido y angustiado. Durante todo el día trató de dar respuesta a su interrogante pero todo fue inútil. Al día siguiente, cuando se preparaba paradirigirse al colegio, pensó ¡ya sé quién puede responder a mí pregunta!, mí profe Con mucha felicidad partió a estudiar. Tenía la impresión de que ese día iba a salir de dudas. Apenas llegó a la escuela, fue directo hacia donde estaba la profesora, con ansías de quedar satisfecho con lo que le dijera. El creía que con sus estudios universitarios, y con haberse leído muchos libros, ella sería capaz deresolver su pregunta.
-¡Profe!, ¡profe!, gritaba Fabián.
-Sí, dime papi, respondió la profesora.
- ¿Puedo hacerle una pregunta?
- Sí, claro pregunta chiquillo.
El niño con mucha alegría le dijo:
-profe ¿Quién soy yo?
La maestra confundida y reflejando la misma mirada que hicieron sus padres respondió.
-Mmm, papi tú, mmm tu eres un niño muy lindo, y debes salir adelante. Ya vamos aclases.
Desilusionado de aquella respuesta, prefirió quedarse callado. Era imposible que toda una profesora me respondiera de esa manera tan mediocre, pensó. Con la moral por el piso y aún más confundido, se sintió el niño más perdido del mundo. Cuando salió de la escuela, dirigiéndose a donde estaba su mejor amiguito le dijo:
-¡amiguito!, ¡amiguito!, tu sabes ¿quién soy yo?
El amiguito con ungesto burlón, le dio la espalda y se fue. Deprimido no sabía qué hacer, su mente daba vueltas y vueltas, y de nuevo se preguntaba ¿Quién soy yo? Porque nadie me da la respuesta a esa insignificante pregunta. Desanimado por el trajín del día y después de tanta búsqueda llego a la conclusión de dejar todo así. Sentía que era absurdo preguntar por esas bobadas. Después de unos minutos de depresión.Dijo, no me voy a dar por vencido. El domingo que vaya a misa con mis padres le preguntare al sacerdote. Esperó ansioso el domingo con mucha felicidad. Él estaba enterado de que el sacerdote lo sabía todo y que no podía decir mentiras, es la persona perfecta, pensó Fabián. Cuando llegó el domingo, se alistó y les dijo a sus padres con mucha alegría:
-¿papi, mami vamos a misa? tengo ansías de saberla verdad.
Al llegar a la iglesia fue corriendo donde el padre y le dijo:
-¡padre!, ¡padre!, ¿puedo hacerle una pregunta?
-pregunta hijo mío, respondió el padre.
-Tú que lo sabes todo y siempre dices la verdad, ayúdame a resolver esta inquietud que agobia mi mente y no me deja vivir tranquilo padre ¿quién soy yo?
El padre lo miro de la misma manera que los anteriores indagados, esa...