Prologo
Pensando en todo esto, para que estas que escribo ahora no os resulten del todo ociosas, y dado mi natural poltrón y perezoso, decidí tomar prestadas algunasfrases del prólogo del Ingenioso Hidalgo con las que construir un par de citas cultas, y que, gracias a ese artificio, no se pueda decir de este mío que no contiene al menos alguna parte de buenaliteratura. Además, en breve veréis con cuanta fidelidad se ajustan a mi caso y situación.
Así pues, escribía Cervantes: “…sin juramento me podrás creer que quisiera que este libro, como hijo delentendimiento, fuera el más hermoso, el más gallardo y el más discreto que pudiera imaginarse. Pero no pudiera yo contravenir a la orden de naturaleza; que en ella cada cosa engendra su semejante. Y así,¿qué podía engendrar el estéril y mal cultivado ingenio mío sino…” y aquí sigo con mis propias palabras: este improvisado cuento corto que hoy someto a vuestra consideración y que, según se desprende de loantedicho, nace en lo intelectual genéticamente condenado?
También debo confesar que, como a Don Miguel, me cohíbe el que llaman “juicio del vulgo” y hago mía su inquietud: “…que dirán cuando veanque, al cabo de tantos años como ha que duermo en el silencio del olvido, salgo ahora, con todos mis años a cuestas, con una leyenda seca como un esparto, ajena de invención, menguada de estilo,pobre de concetos y falta de toda erudición y doctrina…”
¿Lo veis ahora? No parece sino que esas palabras me estuvieran esperando a lo largo de los siglos para calzarse a mi situación como el más...
Regístrate para leer el documento completo.