Querido padre

Querido padre:
Hace cuatro días deje de ver tu rostro, y puedo afirmarte dos cosas: siento satisfacción porque tu mirada me intimida, la siento amenazante, rencorosa, terca, con un leve toque dearrogancia. Por otro lado el necesitar de tu aprobación me llama con extremo vigor, la admiración por ti es absoluta de mi parte, es por eso que podría quedarme hablando de banalidades a tu lado toda unanoche, quizá toda la vida, aunque tuviera muy claro que todo lo que alardeas no son más que posturas infantiles y fanáticas de un hombre que maneja muy bien la oratoria y ha leído un par de buenoslibros.
Me he acostado muchas noches pensando por qué no soy capaz de afrontar los problemas, y de inmediato llega a mi mente tu imagen, es inevitable no responsabilizarte (así a veces sienta que escobarde de mi parte) de todo ese miedo, ya que tú has hecho lo mismo de un tiempo acá: no es importante para ti, un caballero, contestarle a la dama que le resolvió la vida a tus hijos, y no entiendo,si me has dicho siempre que un hombre de verdad afronta las dificultades y se hace cargo de las personas que quiere, sinceramente eres el peor ejemplo de eso, no sé por qué razón has evadido tuscompromisos, te has echado al cansancio dejando en un segundo plano las obligaciones que, tú mismo, decidiste ibas a asumir en el momento que tuviste 3 hijos.
Con tristeza tengo que admitir que, aunque teamo, no te necesito, pues los dos nos hemos encargado de que sea así; después de tu partida no estuviste tan al pendiente como me habría gustado y, como yo, tu hija, soy ahora una parte de lo que túme enseñaste a ser en la infancia, cada instante que tenía el deseo de llamarte, de escuchar tu voz, la “dignidad” me frenaba, hasta tal punto que en este momento esa necesidad se esfumo. Me gustaríarecuperarla pero el rencor no me permite deshacerme de todos esos feos recuerdos que hicieron de mí una mujer aparentemente fuerte, pero que en el fondo añora al padre que en su juventud no fue lo...