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IVAHÉ, EL GRAN MAESTRO.
Era aquella tarde de invierno cuando la estrella iluminó la vida de esa humilde familia que habitaba en la choza casi a punto de derrumbarse. – ¡Un niño ha nacido!, dijo el padre con cara de asombro. Era el primer varón en la familia. Se escuchaban risas y llantos, quizás de la inmensa alegría, ahora, por fin se habría cumplido la promesa que el brujo maligno habíadesatado sobre ellos, hace unos años atrás. La promesa era que sólo podrían salir de la pobreza el día en que a la familia llegara un niño, y por fin sus ojos podía apreciar un hermoso varón, esperaban tanto este acontecimiento que prepararon una gran fiesta e invitaron a los aldeanos, la fiesta duró tres días y tres noches, y al cabo del tercer día, los padres, los abuelos y padrinos del recién nacidolo llevaron a la cima de la montaña que estaba a dos kilómetros de la aldea. Encendieron velas y rezaron una serie de plegarias para ofrecerlos a los dioses de la tierra, el mar y el cielo. Lo consagraron como un valiente héroe de su tierra, que llevaría las fuerzas de un águila para poder volar y buscar la justicia de su pueblo y le llamaron Ivahé.
Pasaron los días, los meses y los años, elniño crecía en los regazos de su madre a la vez en los oficios que su padre con tanto esmero le enseñaba, era educado con amor, pero sus padres tenían la fuerte convicción que de la promesa se iba a cumplir. Era un niño como los demás hijos de los aldeanos, jugaba en las tardes de verano bajo la lluvia así como en otoño recolectaba hojas. Cierto día, en el pueblo llegó un sacerdote, al principio loshabitantes le tenían miedo pero poco a poco se fue ganando la confianza de todos y cada uno de ellos. Muy felices los padres de Ivahé, fueron hablar con él y así poder conferirle la educación de su pequeño hijo. Ivahé despertaba cada mañana con una sonrisa, porque le encantaba asistir a las enseñanzas del sacerdote, fue ahí donde conoció las primeras letras y números, no está de más decir, que eraun niño muy capaz e intelectual, así pasaron los días, Ivahé aprendía a leer y a escribir pequeños textos, sus padres estaban muy orgullosos de él, hasta ahora, el pequeño Ivahé no conocía ningún tipo de fracaso.
Al pasar los años el sacerdote ofrece llevar al pequeño Ivahé a la capital para inscribirlo en la escuela, así fue que sus padres lo despidieron, hicieron plegarias sobre él yreclamando aquella promesa, no perdieron la esperanza de salir adelante. Pasaron así los años y ya se escuchaban los rumores de la guerra, la gente atemorizada buscaba refugios en los campos y se preparaban para la posible escasez como producto de la guerra. Mientas tanto Ivahé se ilustraba en los textos y buscaba los medios para salir adelante. Las buenas noticias para todos es que la posible guerra quelos alarmaba ya había cesado. Así que regresaron sus lugares de origen y siguieron con trabajando como cotidianamente lo hacían.
Los años eran gloriosos para Ivahé, sólo faltaban unos cuantos meses para poder convertirse en un maestro y regresar a su aldea. Los días ya eran contados para su familia, sabía que al fin uno de sus hijos se convertiría en un noble educador que traería consigo elprogreso de la comunidad. Pero algo trágico marcó la historia de aquella familia, la madre de Ivahé enfermó y postró en cama. El día de su graduación su padre no pudo asistir porque cuidaba de su amada esposa, pero por dentro Ivahé sentía una enorme satisfacción y alegría porque sabía que el espíritu de sus padres estaba conectado con él y aunque no estuvieran presentes físicamente, él los llevabapresente en su corazón.
Una mañana, el sol irradiaba con mucha fuerza y los pájaros alegraban con su canto el campo. Al parecer era un día no tan común que sus ojos apreciaban. Los aldeanos salían a recoger sus cosechas y a lo lejos vieron venir a un hombre, se asombraron porque ya casi nadie los visitaba, más que aquel anciano sacerdote que se había llevado a Ivahé, pero que ahora ya estaría...