Redacción

Pasaron ya diez días después de ese maldito momento en el que mi gato se escapó, lo recuerdo perfectamente. Él, como de costumbre, salía de casa solo para ir adar una vuelta y como siempre podía tardar hasta horas, pero pasaban las horas y no le veía venir. Así que decidí ir a buscarle con mi hermana Sandra y su amigoRaúl. Fuimos calle por calle y como vivíamos en el bosque, también fuimos montaña por montaña, incluso fuimos hasta un pueblo de al lado con el coche de nuestraMadre. No había ni rastro de él. Sisu, que así era como se llamaba nuestro gato, no daba ninguna señal, los cuatro, Sandra, Raúl, Mamá y yo fuimos por caminosdiferentes para ver si se veían sus patitas por algún lado del bosque, pero no. En ese momento lo dimos por perdido e incluso pensamos que jamás le volveríamos a ver, aldía siguiente, nada más levantarme, me pareció ver un gatito blanco a rallas marrones como Sisu, pero tan solo era un hermanito suyo que tenia. Fueron pasandolos días y el no aparecía por ningún lado. Mi padre estaba de viaje por trabajo y al volver y recibir esa noticia se derrumbo más que ninguno, ya que ese gato locompró él y además él era quién jugaba con el todos los días, quién le daba de comer e incluso se quedaba en casa solo para hacerle compañía. Mi padre se tuvo quevolver a ir y, en ese momento, desperté del sueño llorando como si todo hubiera ocurrido de verdad. Fui al comedor y como siempre él estaba durmiendo al lado de mipadre, que estaba viendo la tele. Habían pasado ya diez días de ese mal sueño, diez días pensando en cosas bonitas por la noche para no volver a soñar algo así.