Relato "El Piedritas"

EL PIEDRITAS

Nadie supo su nombre, de donde llegó o del porqué de su locura si es que la tenía, simplemente apareció recostado sobre la acera de una de las tantas calles que lo vieron recibirlas noches rodeado de pedruscos.
Su figura hara
pienta, su edad avanzada y su lúdica actividad de recoger piedras, lo fueron convirtiendo en un personaje alegórico de la cotidianeidad del barrio.Al piedritas, como ya se le conocía, la gente con bondad, en ocasiones le acercaba algo para comer o bien alguna prenda que cobijara su soledad, pero nadie se atrevía a cuestionar el porqué de suafán de recoger tantos guijarros que en ocasiones se desmoronaban al ser azotados contra el suelo.
Fue un sábado por la mañana que decidí acercarme a el para platicar. Su reacción no se hizo esperar,como un niño que ve amenazado su más grande tesoro, rápidamente escondió entre sus prendas desaliñadas los pedruscos que segundos antes alzara.
¿Qué buscas en las piedras? Le pregunté, y con ciertotemor reflejado en su rostro quemado por el sol, mirando hacia todos lados, me respondió; mi sortilegio.
Anhelo romper el embrujo que hace años cayó sobre mí y me condenó a vivir en el yermo. Deseoencontrar la respuesta al por que los hijos olvidan cuando crecen y la mujer que amé me condenó.
Busco acabar con el desprecio de los hombres y las burlas de los niños que me soslayan temerosos.¡Eso busco!
No supe que decir, sus palabras no eran las de un demente o un vagabundo, su elocuencia empataba con sus ojos vidriosos que dejaban escapar un par de lagrimas que brillaban con el sol.Me alejé cabizbajo y sin decir nada. Lo dejé en su monologo de locura que llamaba la atención de quien lo miraba.
Crucé la calle, miré a la gente y seguí mi búsqueda entre las piedras para rompermi encantamiento…

EXTR@ÑO23

A la memoria del piedritas, que encontró su sortilegio una mañana en la que el sol no pudo cerrar sus ojos y su último aliento se fue con una piedra entre sus...