religion
José María Martínez --- José Grau
Prologo
I. Iglesia y Sociedad --- José M. Martínez
Introducción
Capítulo 1: Algunos conceptos y movimientos sociológicos difundidos en nuestros tiempos
Capítulo 2: El concepto bíblico del mundo
Capítulo 3: La paradójica posición del Cristiano respecto al mundo
Capítulo 4: La necesidad de un cristianismo integralII. ¿Una nueva moral? --- José Grau
Introducción
Capítulo 1: La nueva moral
Capítulo 2: Las exigencias de la ética bíblica
III. Por una "ética de situación" biblica
Iglesia, Sociedad y Ética Cristiana
José María Martínez -- José Grau
PROLOGO
Las corrientes de opinión religiosa y sociológica suelen llegar a España con cierto retraso ‑así ocurría, por lo menos, hasta hacepoco tiempo‑ y, tratándose de la comunidad evangélica, sus efectos se perciben dentro de Iglesias cuyos miembros no han tenido jamás la oportunidad de examinar por sí mismos las fuentes de donde proceden. Creemos que la ALIANZA EVANGELICA ESPAÑOLA obra acertadamente al publicar algunas de sus características conferencias de orientación cristiana en forma de pequeños volúmenes ‑dentro de lacolección «Pensamiento Evangélico» que publica EDICIONES EVANGELICAS EUROPEAS‑ y que sustituyen a los antiguos «Cuadernos» que apenas hacían impacto fuera de los círculos de amigos de la Alianza.
Los dos estudios de este volumen, que se deben a las autorizadas plumas de José M. Martínez, presidente de la ALIANZA EVANGELICA ESPAÑOLA, y de José Grau, vicepresidente de la misma y autor ya muyconocido como historiador eclesiástico y por sus penetrantes análisis del pensamiento religioso moderno, se basan en dos temas de gran actualidad: «Iglesia y Sociedad» y «¿Una nueva moral?» ‑que examina la llamada «ética de situación», asociada con los nombres de Robinson, Van Buren, Altizer, etcétera‑. El trazo de unión entre ambos ensayos viene a ser la actualidad de los mismos, ya que los conceptosque se estudian influyen poderosamente en la formación mental y moral no sólo de quienes se llaman «cristianos», sino también en personas que sin ser creyentes se interesan por las corrientes modernas del pensamiento teológico y filosófico occidental. Los autores de los libros que plasman los nuevos postulados morales y sociales son considerados, además, como los adalides más destacados delpensamiento teológico «protestante» actual. De ahí que se nos ofrezcan argumentos anticristianos apoyados por declaraciones de «teólogos cristianos».
Quizá podamos discernir otra relación entre los dos ensayos que no es tan evidente, pero que realmente existe. Quienes han adoptado como norma de conducta la «ética de situación», llamándola, quizá, «el amor en determinada situación» ‑y que, muy amenudo, quiere decir simplemente «el ego disfrazado y disimulando sus impulsos con el nombre de "amor" en determinadas circunstancias»‑, quisieran justificarse por medio de obras sociales que sirvan de bálsamo para la conciencia que todavía funciona en ellos. Esto, a pesar de todos los sofismas empleados para denunciar los mandamientos divinos como una imposición arbitraria sobre el hombre,imposición que hoy día resulta ya desfasada a innecesaria.
Quienes pregonan el «evangelio social» deberían recordar que no es nueva la observación de que no sirve predicar el Evangelio a un hombre hambriento. Los pioneros del gran movimiento misionero iniciado por Carey ‑y que llegó a su apogeo en las postrimerías del siglo XIX y principios del XX‑ comprendían perfectamente este principio. Paraellos, sin embargo, quería decir, en esencia, que el predicador compartiera su pan con e1 hambriento y que luego le predicara el Evangelio. No había sustitución de un Evangelio que anunciaba 1a salvación del alma por otro que ofrecía ayuda al cuerpo y la mente solamente, sino una acción combinada y complementaria del testimonio cristiano y de obras de amor. ¿Cuál fue el origen de la mayor parte...
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