reportaje: Virgen Tierra Mochera

¡VIRGEN TIERRA MOCHERA!
“Bueno primeramente yo he nacido acá, a media cuadra de donde estoy; he nacido en un ranchito que tenía…”
Hay aquellos que piensan que la llanura de los caminos permite la reflexión de una soledad o una suerte de inspiración capaz de darnos tranquilidad; sin embargo los días en esta épica travesía me enseñaron que lo agreste es también inspirador, sobre todo si al finalde la vía te espera la casa crema, de mi ahora favorito pintor.
Con un par de botas marrones, polo manga larga y un bolso verde, me dirijo a la casa del pintor indigenista más remoto que nuestra región aún tiene. Con las botas llenas de tierra, el sol irradiando con furor por todo mi cuerpo, plantas por montones y una lagartija cruzándose en medio de mi camino, me doy con la grata sorpresa que yano estoy en la ciudad y que entro a un mundo del cual no hay marcha atrás.
“No hay quinto malo”, y Pedro Azabache no es la excepción. Con una sonrisa en los labios y con la firmeza que presentan sus ojos, don Pedro me concede el ingreso a su humilde morada.
En una chacra de alfalfa y junto a una planta de tamarindo donde había una casita de quincha, nació don Pedro Nolasco Azabache Bustamante,el 31 de enero de 1918. Hijo de don Manuel Azabache Fernández y de doña María Dolores Bustamante Ñique. Es el quinto hermano de una familia de siete hijos. Su padre fue un respetado albañil y su madre una solícita ama de casa dedicada íntegramente a su hogar, a las tareas domésticas y también a las labores agrícolas.
Sus primeros años de estudio, lo inició en la Bella Aurora, un jardín deinfancia que dejó de funcionar hace tres años en la calle Atahualpa. Su educación Primaria y secundaria la realizó dentro del colegio Seminario de San Carlos y San Marcelo de Trujillo. Y cuando le pregunto de quién heredó el don de la pintura, don Pedro responde- “He buscado siempre relación de mi arte con la existencia de algún talento semejante o parecido a mi familia o parientes cercanos, pero no lohe podido encontrar”. Lo que Azabache refiere y hasta donde su memoria le es fiel, la manera como se inicia en este mundo de las formas y del color, que más tarde sería la razón de su vida es cuando cursaba el quinto año de primaria, pues copiaba composiciones de los grandes pintores como por ejemplo: “Cristo y sus apóstoles” y “La multiplicación de los panes”.
Tomando un vaso con agua ysentado al pie de su cama, continúa confesándome los datos más recónditos de su pasión por el arte. Su maestro de dibujo y pintura en el colegio, fue el padre Cerna, quien hizo la escultura del Cristo Rey, que abierto de brazos bendecía la ciudad. Este sacerdote, aficionado a la escultura y al dibujo, guiaba a copiar a los alumnos durante las horas de clase, aunque siempre repetía el mismo tema (unavión de perfil donde sólo se veía una sola cara); sin embargo por el taller que mantenía dentro del claustro seminarista, iba incentivando la sensibilidad artística del mochero estudiante que aspiraba cada día recoger más enseñanzas acerca de ello.
Un día cuando cursaba el tercer año de secundaria, y al hacer el viaje a pie, como de costumbre de la campiña de Moche hasta Trujillo, caminando por lacalle Atahualpa descubrió a dos “tipos” que copiaban al óleo estampas y otros temas religiosos. “Procuré salir temprano ese día en la mañana y antes de ir a comer en mi pensión situada en el mercado central, me fui de frente en busca de los dos tipos, y los encontré en plena tarea. Ellos me mostraron los colores al óleo y los pinceles. Le dije que yo quería aprender a lado de ellos y me aceptaron;así que volvía al atardecer a mi casa y le pedí a mi padre dinero para comprar los materiales mientras que yo preparaba la tela que los tipos me enseñaron”.
Azabache desde aquel día no veía otra cosa que salir del colegio a las 11:30 de la mañana e inmediatamente ir a tomar los pinceles, haciendo sus débiles tanteos empezó a embadurnar las ansias de querer ser un pintor algún día. Esta grata...