Reproducción, resistencia y acomodo en el proceso de escolarización
La larga historia de la Teoría Educativa, tanto en las versiones liberales como en las conservadoras, ha estado ligada a lalógica de la necesidad y la eficiencia, y ha sido mediada por el discurso político de la integración y el consenso.
Por un lado, la perspectiva parsoniana de la escolarización (1959) definió a lasescuelas como instituciones diseñadas para suministrar a los estudiantes el conocimiento y habilidades que necesitan para desempeñarse exitosamente en la sociedad, y tendió las bases para una sociologíade la educación, la cual no cuestionaba la relación de las escuelas con el orden industrial. De esta manera, no se contradecía la forma en que las escuelas eran influidas, moldeadas y determinadas porgrupos de interés que se beneficiaban de las desigualdades políticas, económicas, raciales y de género.
Por otro lado, La Teoría Educativa Tradicional no ofreció bases para la comprensión de larelación entre problemas como ideología, conocimiento y poder. Es decir, fue eliminado cualquier intento por reflejar en el desarrollo histórico la selección, el uso y la legitimación del “conocimientoreal”. No se cuestionaba cómo el poder distribuido en la sociedad funciona con el interés de las ideologías y formas de conocimiento específicas que sostienen las preocupaciones económicas y políticasde grupos y clases particulares. Esta teoría hace énfasis en la dirección y administración del conocimiento como opuesto a la preocupación crítica por las determinantes históricas y sociales. Estaperspectiva a menudo se presenta como un pensamiento reducido al refinamiento metodológico, o sea, como una preocupación por el control, producción y observación.
Y así, se van perdiendo los rudimentosbásicos del pensamiento crítico que afirman que por debajo del “aparentemente” serio acuerdo de objetividad y libertad de valoración, se halla una lógica reduccionista que da muy poca atención...
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