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Texto: Proverbios 30:21-28
“Predicar el evangelio del reino, para ganar personas para Jesucristo, formar discípulos para enviarlos a predicar y gobernar, a fin de transformar la ciudad, la nación y el mundo con el mensaje de evangelio”.
Introducción.-
De acuerdo a la palabra profética que nos ha sido dada, hay una frase que queda siempre marcada en nuestro corazón. Esa frase es “diez vecesmás”. Toda la palabra profética es bien extensa, pero esta frase nos marca la pauta del aumento que nos viene en todas las cosas, y ella, a su vez, también nos indica más responsabilidad, junto con las cosas nuevas.
Ahora bien, cuando transcurren estos dos primeros meses del año, bajo las condiciones de alteración, discordia, incertidumbre, descontento, sumado a que los medios de comunicación sobredimensionan lo que está ocurriendo, esto genera en nosotros varias interrogantes.
Cuando Dios habla una palabra de aumento y todo el entorno se vuelve un ambiente desafiante, podemos plegarnos a un pensamiento negativo que alimente nuestra mente tal como: “¿Será que el profeta se equivocó?, ¿Eran diez veces más líos o qué?”, o por el contrario podemos revocarlo de nuestra mente.
En ocasiones elproblema no está en el pensamiento que viene a la mente, sino en cómo nos relacionamos con la palabra profética.
Es muy similar a lo que sucedió con Abraham. Él tuvo que hacer profundos cambios con su agenda, cortar relaciones con su sobrino Lot, luego de una palabra extraordinaria le viene un gran desafío. Iba a recibir por herencia todo lo que podía alcanzar a ver con sus ojos, montado sobreun monte muy alto, para él y sus generaciones.
Evidentemente, eso saca de cualquiera de nosotros un gran AMÉN, pero muchas veces nos quedamos con la emoción del momento por la palabra recibida.
Meditemos sobre la palabra profética que Dios le dio Abraham.
Observamos una serie de cosas que llaman la atención, las cuales Abraham tuvo que superar en el pasaje de Génesis capítulos 12 y 13, hasta elversículo 13.
Morir a la cultura de su casa.
Renunciar a los menosprecios personales.
Restaurar su casa desde el altar y no desde su propia fuerza.
Limpiar su agenda de amistades, de una relación almática que tenía con su sobrino Lot que sólo le traía problemas.
El tuvo que morir, renunciar, restaurar y limpiar.
Lo curioso es que después de esta primera etapa de formación por la palabra,observamos que Dios lo lleva a otro nivel de revelación acerca de su herencia.
Génesis 13:14,15. Esto podríamos llamarlo su “diez veces más”.
Hasta aquí todo está bien, lo que a veces no leemos con atención es que después de la palabra, vino una guerra de cuatro reyes contra cinco reyes en el territorio que Dios le dijo ¡es tuyo! (Gen. 14:14, 15; 15:1)
El territorio que Dios le había dado aAbraham estaba tomado por corruptos y por un espíritu de opresión.
Abraham debía intervenir en el conflicto. Primeramente porque la guerra estaba llegando a los límites de sus propiedades, y segundo porque él se consideraba poseedor por derecho divino de ese territorio, pues Dios se lo había dado por herencia para él y sus generaciones.
A veces nosotros tenemos una relación irresponsable con laprofecía, y entendemos que si Dios da una palabra de aumento todo será “color de rosas”.
Y esto definitivamente no funciona así. Cuando leemos el libro de Números en el capítulo 14, nos damos cuenta que Israel cayó en decepción cuando llegó a la tierra prometida, porque habían ejércitos con los cuales tenían que batallar para tomar y poseer la tierra.
Desde que vieron que en su herencia tendríanconflicto para poseerla, cayeron en decepción. Tanto así que en el capítulo 16 Israel se levanta con una rebelión dirigida por Coré en contra de Moisés y Aarón.
Lo peor es que el rebelde Coré llegó a decir en Números 16:13 refiriéndose de Egipto como tierra que destila leche y miel.
Coré utiliza la misma frase con la que los profetas habían identificado a la tierra prometida por Dios, para...