Reseña del libro técnicas de terapia familiar

Reseña del libro

Técnicas de Terapia Familiar
S. Minuchin y H. Ch. Fishman



“La espontaneidad nos baña de interioridad
manifiesta y nos desnuda sin compasión”

Adrián Cardozo


Partir de nosotros mismos como personas curiosas por la terapia familiar, incluso siendo terapeutas, siempre es un desafío inevitable que nos enfrenta a un vacío sorprendente y desconcertante. Lo iremosllenando de pensamientos y emociones conciliables e irreconciliables y sin embargo todas serán nuestras y se expresarán en simultáneo. A veces colapsarán nuestra posibilidad de discriminación. En la medida que más nos resistamos a la evidencia, más estaremos expuestos a la contradicción controvertida. Solo el tránsito integrador nos ofrecerá la posibilidad de un desarrollo imprevisible y profundo denuestro ser. “El trabajo hace al trabajo” (Mike Boxhall)

“Si el terapeuta permanece pegado a la técnica, si se limita a ser un artesano, su contacto con los pacientes será objetivo, desapegado, limpio, pero también superficial, manipulador en beneficio del poder personal y, en definitiva, no muy eficaz” (Minuchin y Fishman)

Como el bebé o el niño curioso que quiere tomar el mundo que lorodea, los autores nos adentran en la familia “como grupo natural que con el tiempo ha elaborado pautas de interacción y que necesita de una estructura viable para desempeñar sus tareas esenciales, a saber, apoyar la individuación al tiempo que proporciona un sentimiento de pertenencia”.

Debemos reconocer al individuo como punto de partida y llegada de todo grupo y por supuesto de la familia. Es loque le otorga el valor sistémico al desarrollo social. Esa perspectiva otorga el lugar de cada uno en la familia. Determina quiénes son mayores y quiénes menores y define, desde allí una forma de relación. De ahí el protagonismo de los subsistemas conyugal, parental y fraternal.

A través del holón conyugal el niño observa distintos modos de expresar el afecto y formas de resolver conflictos,al punto de influenciar en sus relaciones con iguales.
Su disfunción se hará manifiesta cuando un hijo ocupe el lugar de chivo expiatorio o se vea parentalizado por uno u otro cónyuge, en desmedro del excluido.

En la sucesión relacional, el holón parental le ofrece al niño los recursos y la fuerza de los mayores. “Conoce las conductas recompensadas y las desalentadas. A la vez, cómo se afrontanlos conflictos y las negociaciones”.

Por último el holón fraternal sitúa al niño en paridad con sus iguales, aunque haya diferencias de edad. Esto es así por formar parte de un mismo subsistema. “Allí se entrenan en hacer amigos y en tratar con enemigos, en aprender de otros y en ser reconocidos”.
Este marco inicial nos conduce a la noción de desarrollo y cambio, alejada de una imagenestática y sí en movimiento y continua transformación, en los que se incluyen los contextos sociales en los que se inscribirá la familia.

Existen cuatro etapas organizadas en torno al crecimiento de los hijos. Desde la formación de la pareja, la familia con hijos pequeños, la familia con hijos en edad escolar o adolescentes y las familias con hijos adultos. Cada una de ellas establece un ciclo vitalque condiciona la conducta de los participantes y a la vez modula sus expectativas y evolución relacional.

Las técnicas siguen un recorrido lógico. La coparticipación definirá el vínculo terapéutico con sus matices, desde la adherencia a la resistencia. La familia reclama ayuda y a la vez no está dispuesta a perder su estabilidad, aunque sea disfuncional. Con esa melodía de fondo el terapeutadeberá danzar con la familia. Se destaca en el proceso, según Whitaker, la coterapia como una manera de evitar la “absorción” del sistema. Con la Escuela de Milán se resolverá el dilema agregando a un equipo detrás del espejo, a modo de supervisión. En una posición intermedia se ubicaría M. Bowen creando un sistema terapéutico enteramente disímil a las interacciones naturales de la familia y menos...