Roma

EL MOSAICO ROMANO.-

En el terreno decorativo, el arte romano concede un lugar de preferencia al mosaico, dispuesto sobre los cielos rasos o las paredes y, sobre todo, en los suelos. Losgriegos ya apreciaban esta técnica, particularmente en la época helenística, pero los romanos la llevaron a su pleno desarrollo. En ella se emplean materiales simples, como la piedra, que puedensuministrar las canteras locales, y más raramente el ladrillo o la pasta de vidrio, y posee indiscutibles ventajas practicas: facilidad de ejecución, relativa solidez, pocos problemas de conservación; sobretodo ofrece una incomparable flexibilidad decorativa, que permite amplísimas variaciones, según la naturaleza de las habitaciones a decorar, el presupuesto disponible y los gustos del propietario:desde el pavimento monocromo, hasta los mas complejos tapices con figuras.

El mosaico se concibe a veces como una simple imitación de la pintura y despierta mayor admiración cuanto más seaproxima el artesano a los efectos que consigue el pintor con su pincel. Para ello se utilizan cubos sumamente reducidos (de unos pocos milímetros de arista) y se buscan las máximas gradaciones de color.Así se obtiene lo que en la misma Antigüedad se designaba como opus vermiculatum, por la flexibilidad de las alineaciones de cubos logradas. A veces, en busca de un mayor refinamiento, el artesanollega a ejecutar en su taller un motivo más elaborado sobre un gran ladrillo; de este modo se obtiene un verdadero cuadro móvil (emblema) que luego se puede incorporar a un tapiz decorativo menos sutilrealizado in situ o bien colgarlo pura y simplemente de una pared. Los generales los utilizaban para decorar sus tiendas de campana.

No obstante, es una concepción que requiere una granhabilidad técnica. Con ella compite otra que pretende conceder una mayor autonomía al mosaico, poniendo el acento en sus capacidades decorativas intrínsecas. Así se desarrolla el opus tesselatum....