"Salud mental" histórico departamento

Histórico Departamento de Salud Mental

Por
Lic. Irma Romero Laporte, psicóloga
irlaporte@hotmail.com

Cuando Tadeo Medina ingresó al departamento ya había corrido mucha agua bajo el puente. Hoy día, él mismo siente infinito gusto en disertar acerca de la proyección social y académica del área de estudios a la que desde hace muchos años se adscribió como profesor. Ahora ese ente amplíasu denominación a la de “Departamento de Salud Mental “José Solanes””. Sobre el ala derecha del psiquiátrico de Bárbula en edificación solitaria precedida por una frondosa Ceiba encontró acogida un grupo de psiquiatras, psicólogos y educadores, unos mas ancianos que otros, la mayoría jóvenes, unos venezolanos, la mayoría de los veteranos de otras nacionalidades. Vinieron a unirse, para desdeallí, imbuir de solidaridad al médico y a los odontólogos en formación por medio de la actividad docente, investigativa y de extensión bien coordinada, organizada e impartida. Al otro lado, sobre el ala izquierda del parque, enclavado desde los tiempos de las dictaduras en los bellos terrenos de Bárbula y como un pariente pobre, el psiquiátrico del mismo nombre aislaba otrora a pacientes mentalesdesfavorecidos por el presupuesto de las administraciones públicas de salud y por la compasión. Vendría la Organización Mundial de la Salud, con su derribamiento de muros y apertura de psiquiátricos carcelarios a confundir ambos grupos. Ya cuando se instalaron las cátedras y asignaturas del Departamento de Salud Mental en su nueva sede todos los edificios de la margen derecha del conjunto habían sidodesalojados y los pacientes, vueltos risas, llantos o simplemente abúlicos, de acuerdo al caso, vagaban por las calles de los poblados de Bárbula, por diferentes barrios aledaños al psiquiátrico: La Vivienda Rural, La Cidra, el casco urbano de Naguanagua y se llegaban hasta la ciudad mas próxima, Valencia, a disfrutar de la dinámica de la sociedad y la civilización. El encuentro de los pacientesdesahuciados con sus antiguos grupos familiares respectivos se daba de diferentes formas y en muchos casos no ocurría. Hombres y mujeres despojados ya de su condición de pacientes al desprendérseles la etiqueta de “enfermo mental” engrosaron el sector de los subempleados, desocupados o indigentes. Les quitaron los muros, los techos, las camas junto con el presidio físico de las rejas y elquímico de los medicamentos, innecesarios ya. Les fue devuelta la libertad absoluta del que carece de toda familia, propiedad y pertenencia, aquella sobre la cual no se puede reinar más que con la locura. De sus vidas, algunas se perdieron por accidentes automovilísticos, a otras se las tragó la noche de la indiferencia y el torbellino del olvido.
Donde antes hubo un lecho de enfermo para unpaciente esquizofrénico o uno maníaco ahora quedó un sitio para la ampliación de la docencia a jóvenes de las carreras de la salud: Medicina, Odontología, Bioanálisis y Enfermería, un sitio para la investigación científica y para la extensión de los servicios de las diferentes escuelas universitarias hacia la población de la región. Los “pabellones psiquiátricos” de Bárbula, antes repletos de hombres ymujeres con algún padecimiento mental que podía ser tratado ambulatoriamente y que por lo tanto habrían de desocupar paulatinamente las instalaciones, pasaron a convertirse en aulas y laboratorios, salas de reunión de profesores, cubículos docentes, bibliotecas, secretarías y sitios del personal obrero, un rincón para el café, una sala de reuniones de consejos profesorales o despachos de decanosy directores.
Las facultades de la Universidad de Carabobo tomaron un respiro en cuanto a espacios físicos disponibles y los estudiantes inundaron con sus trajes verdes, azules o blancos las avenidas bordeadas de vegetación, surcadas por animales prehistóricos de crestas brillantes y húmedas, bañadas de fresca brisa. Poco a poco el cúmulo de pacientes de Bárbula iban disminuyendo en su...