San Manuel Bueno, Martin
Incluso disuade a Lázarode trabajar por una mejora social del pueblo, arguyéndole: “¿Y no crees que del bienestar general surgirá más fuerte el tedio de la vida? Sí, ya sé que uno de esos caudillos de la que llamn larevolución social ha dicho que la religión es el opio del pueblo. Opio… Opio… Opio, sí. Démosle opio, y que duerma y que sueñe.”
Según esto, el autor estaría polarmente alejado no sólo de los idealessociales de su juventud, sino también de aquel Unamuno que quería “despertar las conciencias”, que había dicho que “la paz es mentira”, que “la verdad es antes que la paz”.
Por otra parte, SanManuel es también la novela de la abnegación y del amor al prójimo. Paradoja muy unamuniana: precisamente un hombre sin fe ni esperanza es quien se convierte en ejemplo de caridad.
Por otra partequeda el problema de la salvación. El enfoque de la cuestión es complejo, por la ambigüedad que introduce el desdoblamiento entre autor (Unamuno) y narrador (Ángela). Según Ángela, “don Manuel y Lázarose murieron creyendo no creer lo que más nos interesa; pero, sin creer creerlo, creyéndolo…”. Tan paradójicas del personaje-narrador, ¿eran compartidas por el Unamuno-autor? El interrogante quedaabierto. Cierto es que Unamuno, en el epílogo toma la palabra y, en sus reflexiones finales, podría verse una voluntariosa apuesta por la esperanza. Pero es un punto que queda abierto a la...
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