Santos y La Ley
Que el polémico ex senador Juan Carlos Martínez, condenado por vínculos con los paramilitares, salga de la cárcel con permiso del INPEC es unclaro indicador de que las políticas criminal y penitenciaria en Colombia están al servicio del crimen, de los corruptos, lo que a su vez confirma que el Estado colombiano, como orden moral, colapsó.Pero más allá de las polémicas salidas proselitistas de este nuevo gamonal, lo que hay que revisar muy bien es quiénes estuvieron y están aún detrás del nacimiento y vigencia de esta figuranatural de la democracia colombiana. ¿Por qué sobre el asunto de los permisos sólo se pronuncian columnistas de opinión y no el propio Presidente Santos? ¿Por qué líderes conservadores del Valle del Caucano salen a exigirle al Gobierno nacional, acciones concretas para impedir que Martínez Sinisterra maneje varias campañas políticas que buscan alcanzar el poder tanto en la ciudad como en eldepartamento? ¿Y qué decir de las tímidas intervenciones de los ministros de Justicia y del Interior cuando los periodistas les preguntan por los permisos otorgados al condenado por parapolítica?
¿Por qué elpropio ex presidente Uribe Vélez, muy dado a mandar a capturar presuntos delincuentes y a señalar culpables, no ha dicho nada al respecto? ¿Por qué otros actores de la sociedad civil vallecaucana ycolombiana guardan silencio ante un proselitismo político del que conocemos sus alcances?
Martínez Sinisterra representa lo que en varias columnas he llamado los Proyectos Políticos Emergentes,fruto de la doble moral con la que el capital circula y con la que empresarios y las élites lo ponen a reproducir, lo que de tiempo atrás les conviene a unos y a otros: aumentar o mantener la pobreza, laexclusión, una democracia clientelista, un Estado cooptado, niveles estructurales de desempleo y en general, condiciones de pauperización social con efectos claros en amplios sectores societales....
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