Semiotica
SEMIÓTICA DEL PAISAJE URBANO
Álvaro Góngora Villabona Instituto Pensar, Pontificia Universidad Javeriana. algonvi@hotmail.com
Introducción Este trabajo de investigación, se propone abordar, desde una perspectiva semiótica, el paisaje urbano, entendido éste como la visión que un actor social concreto percibe en conjunto, de un segmento del territorio urbano, desde un punto espacio – temporal, que le permite identificar la trama de relaciones y funciones de los elementos que lo integran. (Es diferente del panorama de la ciudad que se refiere a la totalidad)
En esta investigación, el paisaje urbano es tomado como mediación que permite describir e interpretar sentidos conocidos desde la cultura y sentidos creados por el imaginario de los actores sociales. Este mismo proceso permitirá, además, proyectar críticamente dichos sentidos a sus diversos trasfondos teóricos y metodológicos que tienen que ver con el espacio urbano.
1. Presupuestos teóricos La perspectiva semiótica. Desde una perspectiva semiótica, el paisaje urbano no es una copia o una representación simplista o mecánica del espacio de la ciudad, es una construcción cultural, innovada por
2 la facultad del imaginario, que supera la inmediatez cotidiana y ofrece nuevas alternativas posibles de existencia urbana para el actor social.
Como mediación, el paisaje urbano nos manifiesta el entorno geográfico, la historia, el tramado social, cultural y económico de la ciudad. (Zárate, 1991: 7374). En él se organiza e innova los diversos elementos de naturaleza bioantropológica presentes en el emplazamiento.
El paisaje urbano está anclado no solamente en el tiempo, sino, también, en el espacio. Su espaciotemporalidad es compartida con la vida cotidiana urbana. En consecuencia, su comprensión exige en cada momento incorporar nuevos procesos hermenéuticos que el sujeto debe realizar desde su condición histórica.
El paisaje urbano, en cuanto es imagen mediadora de sentido, hace posible, al actor social y a su grupo, la comprensión concreta del mundo de la ciudad, no de una manera total, sino en conjuntos parciales que integran aspectos geográficos, culturales, históricos, estéticos, sociológicos, políticos, económicos, etc. Es una experiencia visual que por ser interpretable, se puede comunicar. Esta fuerza genera una tensión entre el paisaje urbano como texto (tramado de elementos, relaciones y funciones) y la activación que se hace de él en la interacción social. Dicha interacción permite al actor social rebasarlo como texto e incursionar en la complejidad comunicativa e innovadora del discurso. La experiencia visual del paisaje urbano es, por lo anterior, una forma permanente de comunicar, aprender y enseñar la ciudad.
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Como conjunto, el paisaje urbano seduce, agrada, desconcierta, interroga, cuestiona, etc. Manifiesta la condición humana de sus grupos sociales: sus niveles de desarrollo y carencias; de bienestar y de pobreza, de convivencia o de violencia, etc.
Ello requiere que el investigador opte por una visión crítica que evite el ocultamiento o evasión de lo concreto. La visión crítica mantiene vigente el vínculo entre lo cultural y lo imaginario. Ambos aspectos son inseparables en la mirada crítica.
Como los actores sociales, el paisaje urbano es cambiante: el paisaje urbano de la mañana no es el mismo de la tarde ni de la noche. El paisaje desde distancias o alturas diferentes (puntos fijos o puntos de vista), es igualmente diferente. Pero son los cambios subjetivos los principales diversificadotes del sentido. (El paisaje de una inundación puede verse como catástrofe natural, como un castigo, como una bendición de los dioses, como ...
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