ser justo
Creo que si algo se aprende en las campañas electorales, cuando uno recorre los campos, la ciudad y las poblaciones, es que hay queser súper humilde, humilde para plantearse y humilde para reconocer que uno necesita de la gente, tanto como la gente necesita de uno. Los que llegan con discursos grandilocuentes y con la nariz parada,no entran y más temprano que tarde la gente se da cuenta que no se parecen al pueblo, que no se ponen en los zapatos del pueblo y esto es porque el pueblo les es lejano. Ellos son fácilmenteidentificables porque son percibidos como distantes, incluso la gente no se atreve a pedirles las cosas por vergüenza, o por sentirse muy por abajo del que ejerce el poder en la comuna y eso significa sólouna cosa, una mala gestión y una nula empatía con el ciudadano común, ese que vive al tres y al cuatro, ese que no se va de vacaciones a Pucón ni a otras regiones, ese que junta los pesos para salir elsábado o domingo con la familia, pero por aquí cerquita, con poquito, pero que igual son felices como familia. Me refiero a esas personas a las que nadie les paga el arriendo, a esos que no tienennana y que viven bien lejos del centro. Esa es la gente que cuenta, la más importante, la que necesita más cariño y hoy, se que no lo tienen.
En tiempo de elecciones escuché atento a la comunidad y fueun escuchar sistemático. Lo notable fue el descubrir la propia palabra de ellos. Ellos me decían “Mire don Ernesto, ahora los políticos vienen y son muy cariñositos, saludan, dan la mano y después nosvan a ignorar, después va a ser difícil hablar con ellos, después nos van a tratar como lo que somos, como pobres sin derecho a hablar con nuestra autoridad, no nos van a recibir en la municipalidad,pero ahora que quieren el voto, somos reyes y hasta nos dan choripanes, show y harto pa tomar”.
Esas palabras a mi me dieron vergüenza, primero porque no soy así y el que me conoce, sabe que puede...
Regístrate para leer el documento completo.