Sexenio José Lopéz Portillo

José Héctor Hernández Pérez

José López Portillo: “El presidente Apostador”

Ensayo.-

El estudio de la política económica mexicana puede ser abordado a través de diferentes periodos, ópticas y variables, en estas líneas pretenderemos narrar los acontecimientos causantes y resultantes de dicho entramado en la década de los setenta, en donde la práctica económica dejo en la escena montajestan diáfanos y obscuros que nos hacen pensar en una parodia perfecta totalmente ajena a la realidad.

La política económica de los años setenta, entendida como la relación que se da entre los agentes de poder y la dinámica económica, no tuvo en México un panorama plausible que calificara acertadamente el trabajo de sus dirigentes, incluso existen aquellas voces que, con vilipendios irónicos,llaman a este tiempo el del “presidente apostador”.

Toda esta cadena de situaciones se gesta en el trabajo de la administración de principios de los años setenta, cuando se tuvo que hacer frente a una serie de problemáticas internas y externas que determinaron de manera decisiva un giro en la instrumentación de la política económica. La política de apertura y dialogo se debió principalmente a lacrisis de legitimidad en que se encontró el gobierno tras los acontecimientos de finales de los sesenta. Con ello, el gobierno vio disminuida su consenso por lo que tuvo que optar por una transformación.

Dicha transformación consistió en darle fuerza a la izquierda mexicana y espacios reales de poder dentro de las estructuras políticas. Además de un mayor activismo estatal, es decir, una mayorcapacidad del gobierno para intervenir en la economía a fin de reducir la pobreza, aumentar la inversión y lograr un mayor y mejor distribución del ingreso, de ahí que se iniciara una nueva concepción de desarrollo conocida como “Desarrollo Compartido”.

Esta nueva concepción de desarrollo tendió a ser un tanto populista, ya que planteaba la necesidad de reducir la pobreza e igualar el ingresosin programar cómo se alcanzarían dichos objetivos, y porque dejó a un lado el cuidado macroeconómico de las finanzas gubernamentales.

Es por ello que durante este periodo las finanzas públicas se convirtieron en el principal instrumento de crecimiento del desarrollo compartido, sin dejar de lado que la utilización maximizada del gasto púbico sin el respaldo adecuado de una correcta políticafiscal, fueran los determinantes para que el gobierno impusiera nuevas cargas a sus finanzas y a su capacidad administrativa hasta entonces por demás deteriorada (Díaz, Mauricio., 2004).

A mediados de los años setenta la deuda externa pública mexicana llegó a alrededor de los 18.5 mil millones de dólares (Campos, Ricardo., 1993, p. 157). Esta situación obligó al gobierno a establecer una carta deintención con el Fondo Monetario Internacional, la cual condicionó las acciones económicas a dos objetivos: no aumentar las restricciones en materia comercial y fomentar el ahorro privado y público. Con ello se iniciaron una serie de acuerdos en materia financiera que de alguna manera limitaban el margen de maniobra en materia económica, y que imponía restricciones a la política de desarrolloemprendidas por el gobierno.

De haberse continuado con estas políticas restrictivas, posiblemente el resultado hubiera sido mayormente positivo, sin embargo una situación coyuntural se presentó a finales de los setenta, el descubrimiento de nuevos yacimientos de petróleo, lo que hizo olvidar las políticas de restricción presupuestal con la preparación a la administración de la abundancia. No sedejaría industria en la que la participación del Estado no se hiciera presente.

En síntesis la política de desarrollo instrumentada a partir de 1976 tuvo como metas: lograr una alta tasa de crecimiento económico con base en la industrialización y la creación de empleos y para lograrlo se basó en los préstamos externos y la petrolización de la economía, lo que significó una alta dependencia con...