sexto mandamiento

Caso: Mujeres hablando de sexo
Sofía, con sus 19 primaveras, estudia tercer semestre de Ingeniería Industrial en una universidad pública. Algunas de sus muchas amigas la describen como una persona madura pero muy voluble, que suele ser muy crítica, pero simpática; poco estudiosa pero muy lista; amante de las fiestas, y asistente asidua de las discotecas a partir del jueves y durante todo elfin de semana; vive en una familia disfuncional y no tiene ninguna formación religiosa aunque de vez en cuando, por motivos sociales, asiste a Misa.
Isabel es compañera de Sofía en la universidad. No puede decirse que son amigas pero entre ellas hay buen trato. De Isabel se dice que sobresale por ser muy buena estudiante, alegre, muy segura de sí misma, elegante en el vestir y con dotes deliderazgo, vive con sus siete hermanos, todos varones, tiene formación religiosa, y trata de ser coherente con su fe cristiana.
Un día Isabel invita a Sofía a un curso de formación para mujeres jóvenes que organiza el grupo juvenil de su iglesia. De entrada Sofía le dice que no necesita nada de eso, que ella ha superado las cosas religiosas y que definitivamente no quiere perder el tiempo en esastonterías. Isabel no se muestra ofendida ante la negativa de Sofía. Con mucha clase le dice que allá ella, que oportunidades como esa hay pocas en la vida y que lo piense. Si acaso te decides a ir, le dice, me buscas. Sofía lo piensa. En realidad no tiene muchas ganas de ir, pero viendo que van varias amigas suyas, que se iba a aburrir quedándose, y pensando que también le puede venir bien, decide buscara Isabel y concretar la asistencia.
Una de las actividades de esos días, es una charla sobre el amor, el sexo y la pornografía. En ella, una tal Agripina, profesora de ética de una escuela de la ciudad y dirigente de un grupo de jóvenes, y quien para las asistentes es una viejita de 36 años, pasa lista a una serie exhaustiva de comportamientos inadecuados.
Sofía va oyendo cosas tales como"ponerse una minifalda es ir provocando"; "comprarse un bikini es una indecencia"; "un cristiano decente no puede ir a la playa"; "entrar en una discoteca es anunciar que se pueden pasar contigo"; "la tele prácticamente no hay que verla, se acaba siempre con malos pensamientos o cosas peores"; "hay que tener mucho cuidado si se sale con jóvenes, y procurar no quedarse a solas"; "ir por la calle sin lavista recogida es exponerse a que entre mucha porquería".
Sofía, aunque intentaba aparentar serenidad, se iba poniendo nerviosa e indignando progresivamente. Todo eso le parecía una exageración. Pensaba que había mucha gente normal que hacía cosas de esas. Se le ocurría que veía la tele y no había acabado la cosa con malos pensamientos: una cosa eran determinadas películas y otra la programaciónnormal, que podía incluir a veces alguna "escena", pero que no se había fijado mucho en eso; que había playas de playas, "bikinis y bikinis", y "discotecas y discotecas", y que no se podía generalizar así; y, en fin, que cómo quería que fuera por la calle, ¿con anteojos negros? Le disgustaba además lo que se le antojaba un tono recriminatorio y hasta un poco desafiante, como si en el fondo fuerantodas unas sucias aunque lo disimularan. Asimismo, pensaba que si tan contundentemente sentenciaba la exponente del tema, tendría que explicar los porqués. Y le parecía que proponía un tono de vida agobiante, en el que una se acabaría obsesionando porque todo eran peligros.
Por la noche, Sofía se juntó en una habitación con el grupo que pensaba que iba a comentar esa charla, y más negativamente.No era difícil acertar. Se oyó de todo. Descalificaciones aparte, cada una expuso sus argumentos. Para Loreto había "machismo": ¿por qué iban a ser ellas las que "iban provocando", y los jóvenes no, vistieran como vistieran y fueran como fueran? Diana pensaba que eso era "exageración", pues "no te dejan hacer nada, todo está mal, todo es pecado; sólo te puedes poner una falda hasta el tobillo...