Sobre lo espiritual en el arte

Sobre lo espiritual en el arte


Introducción

¿Por qué hace el hombre de la montaña una montaña, del cielo un cielo y de la flor otra flor? ¿Es esta naturaleza especular nuestro verdadero arte? ¿Acaso tenemos una visión tan restringida de las cosas que preferimos tomar el cuerpo y desechar la esencia? La historia ha sido labrada por obra de osados e intrépidos –ya lo ha dicho Marx cuandoperfilaba los dos grupos antagónicos-, seres que decidieron traspasar los límites preconcebidos y abrirse a un mundo nuevo. Con el arte siempre sucedió lo mismo. La abstracción es símbolo de la perfección en la vida, de la abnegación y de la realización del hombre; ya no es necesaria la forma, se prescinde de la fuerza autóctona del color y se elabora sin atarse al tiempo y al espacio. Se despliegaentonces un paraíso sin fronteras, un cuadro sin una lógica dirigente, un rejunte geométrico que habla y entiende, un arte que actúa por el arte, y es entonces donde la humanidad encuentra albergue únicamente en la expresión como fuente creadora, se retrotrae a sus comienzos. El artista no es representador sino amplificador, está a la caza indefinida de conceptos, pues largamente han sacudido losaños pueblos enteros, mundos que languidecían en el discurrir de las edades, y largamente ha sufrido el hombre tortuosas transformaciones, intentando alcanzar la tan soñada idealización del universo. Desde la prehistoria ha visto en cada rama, en cada tierra ubérrima y en cada piedra, un material utilitario, un objeto que pulimentar, pues nuestra tarea más humana siempre ha sido modelar y dar aluz. Nos conmueve imaginarnos a los seres de las cavernas descubriendo, poco a poco, con sus manos aún toscas, senderos más profundos e inexplorados, y viendo en el goce artístico un atisbo de excelencia. Las molduras cícladas lo demuestran, así como colosales trabajos arquitectónicos encontrados en los primeros años, grabados que delicada y poéticamente anuncian que el hombre prehistórico tenía ununiverso indescifrado y seductor a su disposición, con el que concebir líneas más bellas. Nos conmueve, y sin embargo, ignoramos que esta costumbre ha estado vigente y ningún temple de civilización es capaz de arrancarla, ya que echaría abajo todos sus cimientos; pues aún ahora modelamos la vida como a una arcilla, buscamos la perfección, aspiramos a la forma, y sin darnos cuenta nos convertimosen increíbles artistas del pensamiento.
Entonces podría decirse que al alcanzar la inmaterialidad, el hombre alcanza el objetivo, lo toma y lo desarma, lo utiliza como un fin en sí mismo, y a pesar que esta visión pueda paulatinamente degradarse en la afectada imaginación de cualquier sujeto de la época, bien decía Wilde que “el artista no ve las cosas como son en realidad. Si lo hiciera, dejaríade ser artista”. Y con esta cita doy comienzo a mi reflexión acerca del arte abstracto y su profundo lazo con el espíritu.






Hipótesis

“Nuestro espíritu está aún despertando, y, desprovisto de fe, sin horizonte preciso y sin sentido, anida en sí semillas de desesperación. (…) Se yergue robustecido por la lucha y el dolor padecido. Las sensaciones más vulgares no atraerán demasiadoal artista hoy. Su intención será dar a luz sensaciones más sutiles que aún no tienen nombre” (1). Las falencias de la modernidad acarrean el concepto de sensibilidad artística, un rechazo a la materialidad resulta inevitable. A mi parecer, antes de asentar esta renuncia, habría que definir qué es lo moderno. El término parece aludir a algo que aún no ha nacido, que yace en su estado amorfo, quesufre una lucha interna entre lo viejo y lo emergente, estados que jamás podrán conciliarse; primero, porque para hablar de técnica nueva habría que destruir el prototipo, habría que deformarlo e ingresarlo en una realidad completamente alternativa, sin tener en cuenta cuestiones puramente arbitrarias como la técnica y el buen uso del color. La técnica es entonces la mano trazando libremente y el...